Hallados muertos en el aeropuerto cientos de animales tropicales

Centenares de animales tropicales, anfibios y reptiles, que viajaron el viernes a Madrid desde la capital nicaragüense, Managua, fueron ayer hallados muertos por deshidratación tras permanecer hasta el lunes en situación de espera en la Aduana del aeropuerto de Barajas.Entre los animales importados figuraban un millar de iguanas, doscientas tarántulas, cien serpientes (falsas cobras y falsas corales), un centenar de basiliscos (lagartos que yerguen una cresta picuda), así como otras crías de ranas y tortugas galápagos. Al menos dos de cada diez de ellos han muerto. Forman parte de un envío de unos 702 kilos de peso, distribuido en trece cajas de un metro de longitud por uno de anchura, que llegó a Madrid en la víspera de San Isidro para seguir viaje a Barcelona.

"Al no comparecer la importadora de los animales, la empresa Eurorreptiles, y al presentar anomalías en su documentación, fuimos avisados el lunes por la aduana del aeropuerto de Barajas para hacernos cargo de ellos", dice Manuel Tremiño, de 32 años, director del Safari Madrid situado en Aldea del Fresno, a unos 50 kilómetros al Oeste de la ciudad. "El safari, de forma gratuita desde 1989, se brinda a recibir a los animales cuya importación presenta problemas, para evitarles padecimientos", dice.

Cada animal exportado ha de llevar consigo el original de un documento identificatorio denominado CITES. Según Tremiño, "estos animales traían la fotocopia de su CITES B (grado de protección que permite su comercialización), pero no el original, por lo que fueron retenidos en la aduana de Madrid y se les impidió continuar ruta hacia Barcelona".

Deshidratación

Si a ello añadimos que ya acumulaban un tiempo de captura en Nicaragua, que causó su deshidratación y desmejoramiento en peso, más la situación administrativa por ser el puente de San Isidro, más el problema legal señalado, obtenemos el cuadro de lo que ha sucedido a estos animales".El director del safari, que pasó toda la jornada de ayer con un equipo de ocho personas desembalando la mitad de los sacos de abono y las cajas de madera donde viajaron los animales, confirmó que un 20% aproximadamente de las 1.700 crías ha perecido. "Sobre todo, las crías de anfibios, que son los que más agua necesitan. Nuestra tarea", explica, "consistió en darles de beber y en alimentarles. Los hemos trasladado al safari y hemos conseguido salvar a muchos de ellos pero, hasta que no transcurran unas dos semanas, no sabremos cuántos sobrevivirán".

Juan Carlos Garaizábal, miembro de Servicio Oficial de Inspección y Vigilancia de Comercio Exterior, del Ministerio de Hacienda, encargado de la tramitación de los CITES, aseguró anoche que el sábado, fecha en la que él permaneció de guardia en Barajas, no fue avisado ni le fue notificado incidente alguno al respecto.