Espectáculos de grandes artistas completan el Concurso de Arte Flamenco de Córdoba

Después de conocido el fallo que pone fin a la disputa por los premios del XV Concurso Nacional de Arte Flamenco, Córdoba va cerrando los distintos capítulos que comprenden el importante acontecimiento. Uno de ellos ha sido el de los grandes espectáculos programados colateralmente al concurso. La noche del jueves fue un concierto en que las tres principales facetas de lo jondo -toque, baile y cante- estuvieron muy dignamente representadas. Todas ellas por artistas que en una edición u otra ganaron los valoradísimos premios de Córdoba. Víctor Monge Serranito fue una vez más el maestro de la guitarra en concierto, en la que ciertamente es un nombre imprescindible. Su soleá, su taranta, son temas de enorme belleza pese a la complejidad del toque de Serranito, uno de los concertistas flamencos que mayor dificultad de ejecución lleva realmente a todas sus creaciones. Petenera solemne Milagros Mengíbar dio de nuevo en Córdoba una lección del mejor baile de todos los tiempos. Una petenera solemne y profunda, de intenso dramatismo que trasciende los aspectos puramente estéticos, y unos aires de Cádiz llenos de gracia, frescura y pinturería de la mejor ley. En cuanto al Pele, dio un recital de ésos que nos quedan en la memoria. Salió cantando esa zambra caracolera que gusta tanto, y puso el teatro boca abajo. Pero donde este cantaor da su verdadera medida es por soleá y por siguiriya, temas preñados de dramatismo y musicalidad en su voz de ensueño. La noche del viernes fue dedicada al baile en homenaje a Antonio. Tres bailaores jóvenes, los tres de gran calidad aunque sus estilos sean diferentes: Israel Galván, Joaquín Grilo y Javier Latorre. Otra noche inolvidable para quienes tuvimos la suerte de encontrarnos en el Gran Teatro cordobés, donde todo parece que se reviste de una especial aura de arte y encanto.