La vida como mejor novela
Fue el primer best seller mundial.Acumuló tanto dinero y éxito literario en vida que fue vilipendiado y odiado por los escritores coetáneos que formaron la generación del 98. Al enterarse de la noticia de su fallecimiento, Valle-Inclán comentó: "Pura publicidad". Su mejor novela fue Arroz y tartana. En ella, realiza la descripción del modelo social de la Valencia de finales de pasado siglo: un tendero del Mercado Central. Estos fueron algunos de los numerosos comentarios y opiniones que ayer vertió el escritor valenciano Manuel Vicent sobre la figura y obra de Vicente Blasco Ibáñez en el centenario de la publicación de La Barraca. Esta celebración ha servido de pretexto al Círculo de Lectores para volver a editar Arroz y tartana y Flor de mayo, y próximamente La Barraca, Entre naranjos y Cañas y barros. El prólogo de todas ellas pertenece a Vicent, quien no ha elaborado un análisis crítico sino un texto "literario para sintetizar la sensibilidad y el ambiente, para que el lector sienta el aire de la novela". Vicent se mostró vehemente sobre todo cuando enumeró las contradicciones entre Blasco Ibáñez y la generación del 98. Así, mientras el primero estaba "por la revolución", los del 98, "por la regeneración"; a la estima por el Mediterráneo se anteponía Castilla; "al naturalismo, el modernismo"; "a lo popular, el elitismo de vanguardia; "a la sensualidad, la austeridad". Los escritores del 98 nunca perdonaron a Blasco Ibáñez el que los trabajadores de una fábrica leyeran sus novelas, sentenció el autor de Tranvía a la Malvarrosa. No obstante, Vicent precisó que Blasco perteneció cronológicamente a la generación del 98 y compartía con ella inquietudes, aunque el escritor valenciano abogó siempre por planteamientos más radicales. Acompañado por Juan Manuel Bonet, director del IVAM -donde se presentaron los libros-, y Albert Pèlach, director general de Círculo de Lectores -que cuenta con 100.000 socios en la Comunidad Valenciana-, Manuel Vicent desgranó el estilo de Blasco, que definía a los personajes por "acumulación de adjetivos" y, en definitiva, trazó un perfil muy literario del escritor valenciano. No en vano, Vicent comentó que la mejor novela de Blasco fue su propia vida.
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