Las compañías estadounidenses preparan el ataque a nuevos mercados
La fusión de SBC y Ameritech, unos meses después de la anunciada por WorldCom y MCI por 37.000 millones de dólares, es la respuesta de las antiguas baby bells a las leyes que liberalizan las telecomunicaciones en EE UU y permiten operar a las compañías locales en todos los mercados. Richard Notebaert, máximo responsable de Ameritech, aseguró ayer que la desregulación del sector prevista en la Ley de Telecomunicaciones de 1996 no ha dado hasta ahora los frutos que se esperaban en cuanto a mayor competitividad, pero que «esta fusión es definitiva porque hace una realidad de esa Ley (...) con vistas al nacimiento de operadores nacionales e internacionales integrados». Sus palabras hacen pensar en una ofensiva más allá de las fronteras de EE UU.Pese a lo espectacular de la noticia, Wall Street reaccionó ayer con una subida moderada de Ameritech y una rebaja, también moderada, de SBC.
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