Las telefónicas SBC y Ameritech, de EE UU, acuerdan una fusión por valor de 9,3 billones
Dos grandes compañías telefónicas estadounidenses de las llamadas baby bells (surgidas a partir de la desmembración de AT & T en 1984), SBC Communications, con sede en San Antonio (Tejas), y Ameritech, radicada en Chicago (Illinois), anunciaron ayer un acuerdo de fusión mediante un intercambio de acciones por valor de 62.000 millones de dólares (9,3 billones de pesetas). Como resultado de la operación, la tercera de este tipo por volumen en el mundo, surgirá la quinta compañía del sector (con una facturación de 6,76 billones de pesetas al cierre de 1997), tan sólo precedida por NTT (Japón), AT & T (EE UU), Deutsche Telekom (Alemania) y France Télécom.El acuerdo, además, eclipsa el alcanzado por WorldCom y MCI, aliadas de Telefónica de España, en noviembre de 1997, inmediatamente después de que la fusión de éstas últimas haya sido recurrido ante los tribunales por una de sus más directas rivales, la también estadounidense GTE.
El presidente de SBC Edward Whitacre dijo que la fusión, la mayor de la industria telefónica, permitirá «una estrategia nacional-local» para dar servicio de telefonía local y de larga distancia, acceso a redes de datos e Internet, y que «la nueva empresa invertirá en su presencia internacional para servir al mercado global».
La fusión se realiza mediante un intercambio de acciones, de modo que los accionistas de Ameritech recibirán 1,316 títulos de SBC por cada uno de los suyos. Al final de la transacción, la nueva empresa será controlada en un 56% por los actuales accionistas de SBC. El valor de mercado de la nueva compañía será, según la suma de valores actuales, de 146.000 millones de dólares (21,9 billones de pesetas).
A la postre, la agresiva SBC Communicactions (surgida a raíz de la antigua SouthWestern Bell) comprará Ameritech Corporation y dominará por completo el mercado de la telefonía local en EE UU. SBC, que tiene en la actualidad 118.000 empleados, ha dicho que no planea reducciones de plantilla ni alterar la estructura organizativa de Ameritech, que emplea a 73.000 personas.
Sus indicadores son una amenaza para las operadoras de todo el mundo. SBC-Ameritech facturan 6,76 billones y valen en Bolsa 3,2 veces más. La facturación por empleado se acerca a 35,4 millones de pesetas. Telefónica, por ejemplo, factura 2,36 billones, vale en Bolsa cerca de cinco billones y las ventas por empleado se acercan a 36,7 millones.
Ambas empresas son complementarias. SBC, que integra a SouthWestern Bell, Pacific Bell, Nevada Bell y Cellular One, se líder en la prestación de servicios de telefonía local y de larga distancia, Internet, radiobúsqueda y telefonía móvil (con 5,6 millones de clientes). Ameritech aportará nuevos mercados y una puerta al mercado de la televisión por cable. SBC-Ameritech controlará 57 millones de líneas telefónicas en EE UU (un tercio del total).
No serán ajenas a la batalla por el mercado mundial. SBC ha conseguido instalarse en el codiciado mercado mexicano gracias a su participación (10%) en la semipública Telmex, donde también está France Télécom, y en Chile. También está en Francia y en el Reino Unido. Ameritech, por su parte, ha entrado en el mercado francés de la mano de SFR y Alcatel, y el Europa del Este (Polonia y Hungria), donde guarda excelentes relaciones con Deustche Telekom.
El volumen de la fusión SBC-Ameritech hace pensar que la autoridades someterán el proyecto a un estrecho escrutinio. Los acuerdos tienen que ser autorizados por por la Comisión Federal de Telecomunicaciones y por el Departamento de Justicia de Estados Unidos e, incluso, por la Comisión Europea. Aún así, ambas empresas esperan cerrar en 1998.
Pese a que los responsables de SBC no quieren hablar de un regreso a la situación monopolística que se trató de evitar con la desarticulación de AT & T en 1984, (cuando esa compañía controlaba las llamadas locales y de larga distancia), SBC parece estar yendo justo en esa dirección. El año pasado compró la californiana Pacific Telesis por 16.000 millones de dólares (2,4 billones de pesetas), y ahora mismo también está esperando que se apruebe su adquisición de SNET, la telefónica local del estado de Connecticut.
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