Las razas de combate
Las peleas de perros tienen su origen en Gran Bretaña en el siglo XVIII, aunque ya en el siglo XIII existía un juego que enfrentaba a toros y perros, el bull baiting. Era un modo de adiestrar a los bulldogs (de ahí el nombre). Entre las características de esta raza destacan su fuerza y poca envergadura, además de su mandíbula inferior, que sobresale, lo que le permite no soltar lo que ha mordido una vez hace presa. El bull terrier es una raza desarrollada entre los siglos XVIII y XIX mediante un cruce entre el bulldog y el terrier inglés con el pointer español. Fue criado para las peleas de perros dada su extraordinaria agilidad. Es blanco y no llega a 30 kilos. Una de las razas más utilizadas en peleas es la pit bull. Así se llama a cualquier perro fruto del cruce entre bulldogs y terriers. Se creó para luchar con osos y toros. Son valientes y de fuerte mordida. El staffordshire terrier americano se desarrolló en Inglaterra a mediados de este siglo como cruce entre el bulldog y el terrier para ser empleado en luchas contra otros animales. Es de pelo corto y duro, pocas veces pesa más de 25 kilos y mide unos 50 centímetros de altura. El rottweiler es uno de los menos utilizados debido a su altura. Desciende de una antigua familia de perros de guerra de la época de los romanos y se le ha identificado en numerosas películas con el mal. Tienen pelo corto y negro. En la actualidad, también son usados como pastores o perros policía. Los boxer son una raza de perros de trabajo desarrollada en Alemania durante la primera mitad del XIX. Por su valor, fuerza y agilidad fueron empleados en peleas y para azuzar toros. Hoy son poco apreciados en los combates ya que no tienen una gran corpulencia.
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