_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Fin del todo o nada

LA ASAMBLEA del Sinn Fein, brazo político del IRA, ratificó ayer casi por unanimidad el acuerdo de paz para Irlanda del Norte suscrito el pasado día 10 por sus representantes, Gerry Adams y Martin McGuinness. Aunque los brazos políticos de las organizaciones armadas tienden a rodear sus pronunciamientos de cierta intriga, el voto favorable se daba por supuesto una vez que el propio IRA se había pronunciado, el miércoles pasado, en favor de la ratificación. El brazo armado había advertido, de todas formas, que no pensaba de momento entregar las armas, y Gerry Adams dijo ayer a los casi 2.000 delegados de la asamblea que no habrá paz hasta que no sean liberados todos los presos del IRA.Son cláusulas de estilo destinadas a subrayar que ambos procesos, desarme del IRA y liberación de presos, deberán avanzar en paralelo en los dos años de plazo previstos en el acuerdo. En todo caso, nunca se había llegado tan lejos en un proceso de paz y seguramente por eso ha aparecido ya un IRA auténtico -el nombre es ya toda una declaración ideológica- que acusa de traición a la dirección oficial y se propone proseguir «la guerra contra los británicos». En los años setenta, un IRA provisional, del que formaban parte Adams y McGuinness, se escindió de la tendencia marxista conocida como IRA oficial. Ambos dirigentes se sentarán con toda seguridad, tras las elecciones del 25 de junio, en el Parlamento de Irlanda del Norte, cuya constitución prevé el acuerdo de paz.

Para ello, la Asamblea del Sinn Fein, como antes lo hizo el IRA, aprobó también una modificación de sus Estatutos para autorizar la participación en dicho Parlamento. Formar parte del mismo estaba prohibido para los republicanos por considerar que hacerlo equivalía a un reconocimiento de hecho de la partición de la isla. Los provisionales -IRA y Sinn Fein- llegaron a la conclusión, a comienzos de los setenta, de que la única solución a la discriminación de la comunidad católica era la unificación de la isla; el resultado de ese planteamiento de todo o nada ha sido más de 3.000 muertos. Al aceptar participar en el Parlamento de Stormont, el IRA y el Sinn Fein no renuncian al objetivo final, pero se lo plantean de manera gradualista y no en términos de unificación o muerte, lo que les permite, a su vez, guardar las armas. Esperemos que no de manera provisional.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_