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Dos asociaciones insisten en que hubo violencia policial en la Herradura

Jan Martínez Ahrens

La detención la noche del pasado miércoles de dos supuestos ladrones a manos de la Policía Municipal, en la calle del Corregidor Diego de Valderrábano (Moratalaz), sigue avivando la polémica. La asociación de vecinos Plaza de la Herradura (nombre con el que se conoce el tramo en que se registró el arresto) ha emitido un comunicado en el que insiste en que los agentes "infligieron malos tratos y utilizaron innecesaria y desproporcionada violencia". Una acusación que ha ratificado en otra nota la asociación de carácter social Apoyo.La detención se efectuó a las 23.30, después de una persecución por la M-30. Los fugitivos, que habían robado un Fiat Uno, chocaron con el vehículo policial que les perseguía. Dos agentes se dirigieron hacia ellos. Un supuesto ladrón esgrimió un cuchillo, pero fue reducido. La Policía Municipal sostiene que en ese momento un centenar de vecinos armados con palos y navajas intentó evitar la captura de los fugitivos, por lo que los agentes pidieron refuerzos.

La asociación Plaza de la Herradura "desmiente categóricamente esta versión", y recuerda que los dos detenidos, una vez esposados, fueron golpeados y maltratados por los agentes, hecho que motivó la intervención de los vecinos. "Esta asociación se siente orgullosa y solidaria con los vecinos, en su mayoría de cultura gitana, que no sólo no tuvieron un comportamiento violento, sino que con su cívica actitud, tratando de impedir malos tratos, dieron un ejemplo de ciudadanía", señala el comunicado.

Denuncia en el juzgado

La versión de los malos tratos policiales condujo a que la asociación Apoyo presentase una denuncia ante el juzgado de guardia. Asimismo, esta entidad ha emitido otro comunicado en el que refiere que la Policía Municipal "redujo a los presuntos delincuentes" y "les propinó seguidamente una paliza, ante la perplejidad de los vecinos de la zona, que empezaron a protestar ante tal actuación". "La policía fue requerida para que cejase en su actitud y, ante la violencia con que actuaba, se le pidió el número de placa, procediendo los agentes a ocultar su identificación, al tiempo que pedían refuerzos", añade la citada nota.Numerosos testigos avalaron al día siguiente de los hechos la versión de los malos tratos, tal y como publicó este periódico. Entre estos testimonios figuraba el de Benén Avilés, quien, según su padre, pese a lo publicado, en ningún momento mantuvo que los agentes procediesen con violencia o incurriesen en malos tratos.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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