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Los obispos suizos quieren reformar la guardia vaticana

, Cinco siglos de inmovilidad han sido demasiados para la Guardia Suiza vaticana, una institución en crisis de vocaciones que requiere una profunda reforma, según reconocen ahora los obispos suizos, encargados de la organización del cuerpo que creó el papa Julio II en el siglo XVI. La tragedia del pasado lunes, cuando un cabo de 23 años, Cédric Tornay, asesinó al recién nombrado comandante de la guardia, Alois Estermann, y a su esposa, la venezolana Gladys Meza, ha puesto al descubierto las tensiones internas y el profundo malestar que existe en el Ejército pontificio integrado por un centenar de soldados. El juez encargado del caso, Gianluigi Marrone, dijo ayer sin precisar más detalles que «existen todavía cuestiones que esclarecer».

«Estamos dispuestos a contribuir materialmente a la reforma», ha señalado el secretario del episcopado helvético, Roland Trauffer. Fuentes vaticanas han precisado que los cambios están todavía en estudio, pero llegarán en un plazo moderadamente breve. A la vista de las dificultades encontradas para sustituir al último comandante, el coronel Roland Buchs, que se jubiló en noviembre pasado, y que ahora, después de la muerte violenta de su sustituto, ha tenido que retomar provisionalmente el cargo, una de las primeras medidas de reforma será de carácter económico.

Los soldados del Papa ganan apenas 100.000 pesetas al mes y viven encerrados en el particularísimo mundo del Estado Vaticano, del que pueden salir en las horas libres, pero al que deben regresar por la noche. El sueldo del comandante del cuerpo no llega a las 300.000 pesetas, una suma poco tentadora para los nobles suizos, a los que, en principio, estaba destinado el puesto. Todo apunta a que el nuevo reglamento de la Guardia Suiza será menos exigente en cuestiones de alcurnia.

La tragedia ha desatado un sinfín de especulaciones más o menos críticas con la versión oficial. La más sensacional la proporcionó el pasado viernes el diario alemán Berliner Kurier, que acusó al fallecido comandante Alois Estermann de haber sido espía de la Stasi (policía secreta de la la desaparecida República Democrática Alemana). Acusación, presuntamente confirmada por Markus Wolf, ex jefe de la Stasi, en una entrevista publicada el pasado sábado por el diario polaco sensacionalista Superexpress. Entrevista que ha resultado ser falsa, según confesión del propio Wolf. Éste revelaba, en una conversación telefónica que publicó hace tres días el diario italiano L'Unitá, que la Stasi tuvo un infiltrado dentro del Vaticano, pero negó que el topo hubiera sido el asesinado Estermann.

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