_
_
_
_
_
Reportaje:

El barro de la tradición

Con un patrón labrador era casi una obligación montar una feria de alfarería. Lo dijo el pasado viernes Arcadio Blasco, ceramista, durante la inauguración de la Feria de la Cacharrería, que, año tras año desde hace 18, se instala en la plaza de las Comendadoras. Esta vez, el inicio de esta cita fue un acto especial, pues estuvo presente en él Natacha Seseña, una gran especialista en lo que a cerámica popular se refiere, además de creadora de esta muestra, que se caracteriza por traer a Madrid una representación de alfares tradicionales de toda España.Es tradición que por San Isidro llegue la artesanía, de todo tipo, a Madrid. Así, en la plaza de Dalí se han reunido 116 puestos de artesanos que se autodenominan creativos.

"Es artesanía que se puede llamar de diseño, de arte o de creación contemporánea. Se investiga sobre las formas y los materiales", explica Susana Aparicio, presidenta de la Asociación de Artesanos de la Villa, organizadora de esta muestra, que exhibe piezas de todos los sectores posibles.

Este año, la novedad es que se puede comprobar cómo se maneja un torno de alfarero con el pie: "Es de la única forma que puedes controlar la velocidad, eso en el eléctrico es imposible", explica Ángel Valenciano, un ceramista que un buen día decidió dejar de vender libros y dedicarse al barro. Se puede comprobar el esfuerzo que supone forjar el hierro en la fragua: "Tres horas de fragua desgastan muchísimo. Pierdes kilos y hay que reponerlo bebiendo agua", apunta Jesús del Olmo. También se puede ver cómo se transforma la lana en un tejido a su paso por un telar.

En la plaza de las Comendadoras, en cambio, impera la tradición. Los 10 comerciantes que allí han levantado un puesto han reunido piezas pertenecientes a unos 60 alfares de toda España que han podido seguir abiertos. Se rifan entre ellos a cuál irá cada uno.

Luego, la elección de las piezas que llegan a Madrid es responsabilidad suya. Para Natacha Seseña, la labor de estos comerciantes es fundamental para la conservación de esta actividad.

"Hay una exigencia de rigor. Aunque haya piezas actualizadas, están vinculadas a una forma de trabajo que continúa la tradición", exponía el pasado viernes el alfarero Arcadio Blasco.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Lo de acoplarse a los nuevos tiempos es algo de lo que saben mucho los presentes en esta feria. "De la medida en que sepa adaptarse el alfarero depende su éxito y su existencia. Las cosas van cambiando. Lo que no es funcional se deja de trabajar. Ahora se hacen muchas macetas, centros de mesa y adornos en general", explica Dionisio Urbina, presente en la feria desde sus inicios. "Muchos alfareros han tenido que evolucionar", expone Lucía García, miembro de Adobe, un equipo de investigación también presente en esta feria, en la que se pueden encontrar piezas desde poco más de 100 pesetas a otras de gran valor por tratarse de cacharros antiguos. Auténticas joyas, según se comenta en esta plaza, elegida por Seseña para exhibir por San Isidro barros y lozas de toda España.

Feria de la Cacharrería. Hasta el 17 de mayo en la plaza de las Comendadoras (metro San Bernardo). De 10.30 a 21.00. Muestra de Artesanía Creativa, en la plaza de Salvador Dalí (metro Goya) hasta el 17 de mayo. De 11.00 a 14.30 y de 17.00 a 21.30.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_