_
_
_
_

18 coches arden en un incendio intencionado en el Guinardó y otros dos cerca de Sant Pau

Los vecinos de la calle de José Millán, situada en Can Baró, en el barrio del Guinardó de Barcelona, se despertaron ayer en plena madrugada sobresaltados por el fuego y las explosiones de los vehículos aparcados a ambos lados de la calle. Un incendio intencionado quemó 14 coches y otros 4 aparcados en la calle de Pere Sala, que nace en la de José Millán. Eso sucedía sobre las cuatro de la madrugada. Poco después de las cinco, otros dos vehículos ardieron en la calle de Llorens i Barba, junto al hospital de Sant Pau y próxima al primer fuego. La policía investiga la autoría de los dos siniestros, que en principio apuntan a una gamberrada efectuada por una o varias personas, aunque los investigadores tampoco descartan que los fuegos se deban a un solo pirómano.

El primer fuego, el más espectacular en proporciones y daños, se originó en un Ford modelo Escort que fue abandonado atravesado en el cruce de las calles de José Millán y Alexandre Torrelles. El pirómano o el grupo de pirómanos prendió fuego al Ford y las llamas se propagaron rápidamente y en cadena entre los coches que estaban estacionados a uno y otro lado de la calle de José Millán; debido a la pendiente de la calle, el fuego alcanzó a los vehículos aparcados en la esquina con Pere Sala. En total, 18 coches formaron en la calle una cortina de fuego que amenazó algunas viviendas y se comió parte del cableado de Telefónica -ayer a mediodía algunas viviendas seguían sin teléfono-. En una de las aceras de la calle de José Millán, situada por encima de la plaza de Sanllehy, al pie de la montaña del Carmelo, se alinean torres, antiguas villas rehabilitadas con árboles frutales en los jardines, y bloques de pisos enfrente. Las llamas dañaron la fachada de un bloque en obras y se asomaron al jardín de la casa situada en el cruce con Pere Sala, una calle más estrecha que la de José Millán. Policía científica La investigación policial la lleva un grupo de policía científica especializado en fuegos, el mismo que poco antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona descubrió al pirómano que provocaba continuos fuegos en el hotel Arts. La policía trabaja con dos hipótesis: que se trate de una sola persona o que sea una gamberrada de unos inconscientes. La última tesis cobra fuerza y la abona el hecho de que el Ford utilizado como tea para propagar el fuego entre los otros coches estaba aparcado en la calle de Rosalía de Castro, junto al hospital de Sant Pau. De allí fue robado y llevado la misma noche a la calle de José Millán, y en ese lugar lo convirtieron en una pira; todo ello constituye un proceder atípico en un pirómano solitario. "Fue como una película, sólo que de verdad", explicaba Robert, el propietario de la vivienda chamuscada. Él, su mujer y un hijo, con la ayuda de varios vecinos, subieron a la terraza de su casa las mangueras del jardín para intentar evitar que las llamas de los vehículos aparcados prendieran en los árboles y en el seto de la casa. "Si esto ocurre en agosto, en vacaciones, nos encontramos sin casa al volver", asegura Montse. Tanto esa familia como otros vecinos criticaron ayer a los bomberos. "Tardaron casi media hora en venir, y eso que era de madrugada", comentaba una mujer. Fueron muchos los que pasaron buena parte de la madrugada en la calle, algunos preocupados por el temor de que las llamas acabaran alcanzado sus casas. A las seis de la madrugada, ya con el incendio controlado, los ánimos se fueron calmando. Nadie oyó nada antes de que se iniciara el fuego. Explican que es una zona tranquila en la que no abundan las gamberradas. A mediodía de ayer varios vehículos calcinados permanecían todavía en la calle de José Millán y algunos vecinos examinaban minuciosamente el estado de los neumáticos de otros coches aparcados calle abajo. A poca distancia, frente al número 76 de la calle de Llorens i Barba, quedaban restos del incendio que calcinó totalmente un coche y quemó parte de un todoterreno. En total, 20 coches quemados. En el primer fuego, cuatro vehículos sufrieron siniestro total, y uno en el segundo incendio. El resto se quemaron parcialmente. Un técnico de seguros señaló que los dueños de los coches siniestrados sólo podrán recuperar el valor de sus vehículos en dos casos: si los tenían asegurados a todo riesgo o si tenían póliza a terceros con cláusula de cobertura para casos de incendio y robo. En los casos de seguro a terceros, las compañías no pagarán nada.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_