Impotencia
Calle de Orense, sábado 6 de abril, cinco de la madrugada. Salgo de un local con una amiga cuando veo aparecer a un chico bajando por la escalera, detrás del que vienen cuatro individuos que se disponen a propinarle una buena paliza.No sé si movida por el miedo o por la indignación llamé la atención de tales, que me comunicaron que eran policías, identificándose oportunamente y mostrándome con desproporcionado orgullo sus pistolas reglamentarias.
Desconozco el delito que el chico hubiera podido cometer para que cuatro hombres armados se ensañaran de tal manera con él, pero me pareció un trato tan inhumano que llamé al 091 para que enviaran una patrulla cercana que pusiera fin a tan triste suceso.
La respuesta del policía que atendió mi llamada me dejó estupefacta: los policías estaban cumpliendo con su obligación, nada más.
Nos resistíamos a marcharnos a casa sin más, dejando que aquellos energúmenos, por muy policías que fueran, siguieran pisoteando algo que supuestamente conocen bien: el derecho fundamental a ser tratado como persona. Después de identificarnos y registrarnos, nos impideron que acompañáramos al muchacho al juzgado para dar fe de tan esperpéntico espectáculo. Y digo yo: ¿la seguridad ciudadana descansa sobre los tipos como los que me topé el sábado? Sin pretender generalizar, me parece muy triste que los representantes del orden sean partícipes no sólo de un acto antidemocrático, sino que incentiven el miedo y la desconfianza en el ciudadano de a pie y actúen tomándose la justicia por su cuenta.- . .
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.