La ficción, como realidad- coartada

Con la declaración de Arturo Romaní, algunas de las pistas de la última fase de instrucción del caso Banesto toman carta de naturaleza. Todos las empresas pantalla utilizadas, en España, Suiza y Liechtenstein para diversas operaciones son presentadas como reales.Mariano Gómez de Liaño, para contrarrestar al testigo Paolo Gallone en la llamada trama suiza de Conde , ya lo ha preparado para sí mismo. Los fiduciarios y testaferros, viene a decir, son los verdaderos propietarios de las pantallas . Gómez de Liaño llama a sus sociedades «clientes extranjeros» de su antiguo bufete Asesores en Derecho. Es él mismo, disfrazado de «cliente». Romaní, igual. Todos las sociedades que intervienen son «clientes» de su bufete de Conde de Aranda 14, Madrid.

En lugar de negar, Romaní admite ciertas relaciones, cuyo contenido, en cambio, adultera, para presentar su coartada. Es el caso del abogado Peter Schwarz. En su día Jacques Hachuel declaró que Schwarz representó, en 1990, a Banesto en la Operación Carburos. Pero hete aquí que según se destapó en la instrucción del caso Banesto , Schwarz también fundó en el cantón suizo de Thurgau la sociedad Veliades. Y Veliades es propietaria de Montilsa y de Trycoun, que operaron en el despacho de Romaní, en la madrileña calle de Conde de Aranda.

Subordinados

Otra de las tácticas de Romaní es distribuir el peso de responsabilidades entre sus subordinados, que no figuran como acusados en el caso Banesto. Según insistió el pasado lunes, Elena García Baquedano, su secretaria en el bufete de Conde de Aranda, 14, tenía apoderamientos para hacer muchas cosas. Él, Romaní, sólo se limitaba a controlar.En la misma línea, Romaní nombró ayer una docena de veces, por lo menos, el nombre de Andoni Eizmendi, director general de la Corporación hasta finales de 1991.

Según dijo la entrada de Corporación Banesto en Dorna Promoción del Deporte fue estudiada, valorada y propuesta por Eizmendi y sus servicios en septiembre de 1990. Arturo Romaní explicó que se trataba de la primera operación a cargo de Andoni Eizmendi, pero insistió, una y otra vez, en que el antiguo director general la había llevado adelante y que, más tarde, pasó a ser vicepresidente de Dorna Promoción del Deporte.

Lo cierto: Eizmendi fue destituido en la Corporación en las Navidades de 1991 por su desacuerdo con algunas de las prácticas que ahora están al descubierto.