Difícil alternativa

"El sistema integrado de gestión es voluntario", asegura Gloria Arnandis, la directora general de Calidad Ambiental. Efectivamente, nadie obliga a una empresa a abonar a las empresas encargadas de gestionar el punto verde el canon estipulado por cada envase que pongan en el mercado. La ley de Envases y Residuos de Envases dispone otro mecanismo, el de depósito, devolución y retorno, para gestionar de una forma más ecológica este tipo de recipientes. Pero resulta más incómodo. "No lo quiere nadie", explica Silvia Ayerve desde Ecoenves, "se trata de que los empresarios cobren una tarifa al consumidor, que le será devuelta cuando reintegre el envase". El secreto está en poner en el mercado un recipiente que se pueda reutilizar. Pero tiene muchos detractores, puesto que exige a las empresas más personal e infraestructura. "Logísticamente es imposible implantarlo con todos los envases y para los consumidores resulta igualmente incómodo". Sin embargo, desde Medio Ambiente hay confianza en que la implantación del punto verde sea casi total. "No hay que olvidar que la ley obliga a todos", explica Arnandis, "y la grandes multinacionales, los hipermercados, los distribuidores y los mayoristas obligarán a sus proveedores a que sus envases lleven el punto verde". Pero son las administraciones las más interesadas en aplicar la ley, porque ésta pone plazos muy determinados. Por ejemplo, el 30 de junio del 2001 habrá que reducir el 10% en peso de todos los envases generados. Asimismo, para mediados del 2001 habrá que valorizar entre el 50% y el 65% de todos los envases. Para lograrlo, la consejería ha adjudicado por casi siete millones de pesetas la elaboración de un programa de residuos de envases y envases usados.