El Valencia todavía sueña con Europa
Un gol de Mendieta , en el último minuto, abre las puertas a la esperanza
En el último momento, con una falta al borde del área ejecutada por maestría por Mendieta, el Valencia mantuvo en Riazor sus leves esperanzas europeas. El Deportivo, que había sido mejor en la primera parte, se echó a dormir al comienzo de la segunda y, aunque logró remontar en una arranque de rabia de Scaloni, vio como le robaban la cartera en el instante final de la contienda. El Valencia aún vive de la esperanza, el Deportivo es la viva imagen del fracaso: hasta la Intertoto está ya lejos.Tras haber gastado cada uno su fortuna en procurarse una bien nutrida legión extranjera, Deportivo y Valencia aspiran ahora a la Intertoto, esa competición con nombre de lotería popular que se juega en la semiclandestinidad del verano. Otro ejemplo de los tantos fuegos artificiales que se han quemado en vano en esta Liga que ya expira. Los fiascos de Valencia y Deportivo inyectaron al encuentro cierto aire desangelado, con poco público en las gradas y en la cancha, fútbol correcto aunque falto de pasión. Los coruñeses, sumidos en un túnel de indisciplinas, incidentes extrafutbolísticos y juego ínfimo, ofrecieron, sin embargo, buenas noticias. Como equipo, el Deportivo es un desastre, pero tiene buenos futbolistas y de vez en cuando, en partidos inesperados y sin que medie ningún motivo especial, emerge su calidad.
Deportivo: Songo"o; Armando, Paco, Naybet, Bonnissel; Mauro Silva, Hadji; Scaloni, Djalminha, Fran; y Bassir
Valencia: Bartual; Angloma, Soria, Cáceres, Djukic, Carboni; Mendieta, Milla, Farinós (Juanfran m. 87); Claudio López y Ilie. Goles: 0-1. M. 65. Penalti de Sango"o a Ilie que transforma Mendieta. 1-1. M. 81. Taconazo de Djalminha hacia la derecha, donde recoge Scaloni, quien avanza en diagonal, se interna en el área y marca de tiro cruzado. 1-2. M. 90. Mendieta transforma una falta al borde del área. Árbitro: García Aranda. Amonestó a Bassir. Unos 15.000 espectadores en Riazor.
Anoche renació Mauro Silva, un futbolista extraordinario y una de las pocas personas de la plantilla que dice cosas sensatas, a quien las lesiones y los años de agotadoras idas y vueltas a Brasil reclamado por la selección parecían haber consumido prematuramente. Pero anoche Mauro volvió a ser de siempre, una implacable barrera en el medio del campo y una eficaz solución para asear el juego en su salida hacia el terreno contrario. A su alrededor crecieron los detalles de Hadji, de Djalminha y sobre todo de Fran, otro del que no había noticias desde hace semanas. El propio Fran y Hadji por dos veces tuvieron el gol a tiro en la primera parte.
El Valencia ha regresado a la mediocridad tras su fulgurante comienzo de la segunda vuelta. No resulta extraño este decaímiento del equipo de Ranieri: su estado de gracia coincidió con un impresionante despliegue físico de un equipo cuya primera divisa es correr. Como el conjunto anda algo sobrado de años y no pudo mantener por mucho tiempo esa fortaleza, ahora se ha quedado en los huesos. Fútbol tiene muy poco, porque no le gusta a Ranieri. El catecismo del italiano está sobrado de simpleza: solidez atrás, presión en el centro del campo y pelotazo a la buena de Dios para que Claudio López e Ilie traten de atrapar cualquier balón suelto y saquen provecho de su rapidez y habilidad. Lo que no se le puede negar al Valencia es cierta eficacia para lanzar el latigazo del contragolpe. Pero anoche, en la primera parte, dos irrupciones de Ilie fueron todo el peligró que logró trasladar hasta Songo"o.
El Deportivo descompuso su buena cara al comienzo de la segunda parte. El Valencia mostró más determinación para buscar la portería contraria. Avisó con ajustado lanzamiento de falta de Mendieta y un remate de Angloma delante de Songo"o. La tercera oportunidad fue penalti. Así, al menos, lo decidió el árbitro, el próximo mundialista García Aranda, aunque la jugada ofreció muchas dudas. Es verdad que Songo"o, en el mano a mano con Ilie, salió con los pies barriendo la llegada del rumano, pero éste, en cuanto vio la sombra del portero deportivista, se dejó caer mansamente. Mendieta transformó con destreza y el Deportivo ya no pareció capaz de levantar cabeza.
Ranieri tenía el partido donde más le gusta, con el marcador favorable y más espacios para el contragolpe. El Valencia echó el cerrojo y del Deportivo se quedó sin ideas. Pasó a dominar porque lo consentía el contrario, pero el gol se advertía lejano. Fue el momento de Scaloni. El argentino, un futbolista muy limitado técnicamente pero que se ha ganado el cariño del público por su pundonoroso esfuerzo, recibió un taconazo de Djalminha, irrumpió en diagonal en el área y rompió el balón de un tiro cruzado. Pero Mendieta, en la última jugada del partido, hizo inútil el esfuerzo de Scaloni.
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