Policías de uniforme escoltarán a grupos de turistas en sus paseos por la capital

Los datos obtenidos por esta red serán recogidos y depurados por un grupo de funcionarios ubicados en la sede de Luna. Se evitará así, según espera la policía, que el agente de calle pierda tiempo en tareas burocráticas. Esta información agilizará las identificaciones de los sospechosos y, según fuentes policiales, permitirá una instrucción judicial más segura. "Ahora, muchos turistas presentan denuncia, pero a los dos días vuelven a sus países y sus casos se convierten en papel mojado. Con este sistema, no sólo se dará una respuesta más rápida, sino que, al conseguir una identificación más fiable, se puede llevar al denunciante directamente ante el juez para que ratifique su declaración y que luego ésta tenga valor judicial, incluso en su ausencia", señaló una fuente policial.La Oficina Centralizada controlará un contingente formado por 172 agentes y 23 coches de las comisarías de Arganzuela, Centro, Chamberí, Moncloa, Salamanca y Barajas, así como 98 efectivos de la Brigada de Seguridad Ciudadana (36 a pie, 24 en motos, 26 a caballo y 12 destinados al metro).

La policía espera que la salida a la calle de este batallón represente un revulsivo frente al continuo goteo de denuncias por robos que se reciben por parte de los turistas y que han tenido su reflejo en el malestar de la Embajada de Japón (una media de 40 nipones fueron asaltados cada mes en el verano de 1997) o del Reino Unido (32). Unas cifras que fuentes policiales consideran bajas en proporción al número de visitantes extranjeros que recibe mensualmente la capital (más de 300.000), pero que genera una alarma que daña su imagen turística. En este sentido, los informes policiales señalan que el turismo en Madrid, especialmente el de nacionalidades fácilmente identificables, como la japonesa, se ha convertido en objeto de una delincuencia específica. Bandas de cogoteros (delincuentes que asaltan a la salida de los bancos), tironeros, carteristas y timadores han generado, según estos informes, inseguridad en las zonas monumentales, históricas o culturales más visitadas de la ciudad.

Para evitarlo, la Operación Turista pretende que el tránsito de los viajeros (llegada al aeropuerto de Barajas, su traslado a los hoteles, movimientos por las zonas turísticas y regreso) tenga constantemente un anillo de seguridad que impida la acción de los delincuentes.

Dentro de este plan de protección cobran especial importancia las calles más transitadas por los viajeros. Con miras a aumentar su vigilancia, la policía ha elaborado un mapa de estas zonas calientes (véase gráfico), que abarca parte de siete distritos (Centro, Arganzuela, Chamberí, Salamanca, Moncloa, Retiro y Barajas) y en el que se han señalado las calles, plazas y jardines en los que se reforzará la vigilancia policial.