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Los diputados mexicanos prohíben al PRI el uso de los colores de la bandera

Juan Jesús Aznárez

«¡Esto es un fiasco! ¡Puro show!». La oposición mexicana desautorizó ayer en la Cámara de Diputados al gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI) el uso de los colores de la bandera nacional en sus emblemas partidistas y electorales, y escuchó de todo. El priísta de Jalisco Francisco Morales, solemne, fulminó a los triunfadores con la mirada y les llamó fariseos: «Así los denunció Jesucristo hace más de 2.000 años: blancos por fuera y carroña por dentro».

«Aparentan virtud y ocultan vicios». «¡Usurpadores!, ¡Traidores a la patria!, ¡Manipuladores!», gritaban diputados de la oposición. Los 244 votos del Partido de Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido del Trabajo (PT) y el PVEM (partido verde), se impusieron a los 224 del PRI y la moción fue aprobada tras un alborotado debate de cuatro horas. «¡Quieren llorar! ¡Quieren llorar!», se burlaba, a coro, la oposición.El Senado, de mayoría progubernamental, probablemente frenará la moción de arrebatar al PRI el tricolor patrio, verde, blanco y rojo, que lo aplica en impresos, pegatinas y banderolas desde hace 69 años. «¿Cómo podemos permitir que los priístas se identifiquen en las elecciones con los colores que a todos nos unen?», preguntó el diputado del PDR José Luis Gutierrez.

El PRI, y las formaciones que le precedieron, el Partido Nacional Revolucionario (1929-38) y el Partido de la Revolución Mexicana (1938-46), siempre empleó los colores de la bandera nacional mexicana en sus señas de identidad y escudo, formado por tres barras verticales. La oposición conspiraba desde hace meses contra lo que considera un privilegio caduco, impropio del nuevo pluralismo democrático porque contraviene los principios de equidad. «El estado mexicano es de todos los mexicanos y no de una facción. El país ya no puede ser objeto de un monopolio ni de los intereses de un partido autoritario», protestó José Paoli Bolio, diputado del conservador PAN.

La apertura democrática mexicana rompió la hegemonía política del PRI y el gobierno de Ernesto Zedillo perdió su mayoría en la Cámara de Diputados. El PRI cuenta con 238 diputados y 77 senadores, el PAN, 121 y 33 y el PRD, 126 y 16. El legislador oficialista Arturo Núñez Jiménez advirtió que no será a través de la «obsesiva y enfermiza lucha contra la identidad de nuestro partido como se construirá un México más democrático».

La moción aprobada prohibe a los partidos el empleo en propaganda electoral de los símbolos patrios, ya sea la bandera, el escudo, la letra o música del himno nacional, o la combinación de colores de la enseña.

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