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Subida y volatilidad extrema

La Bolsa de Madrid consiguió ayer su mayor subida del año, algo que empieza a perder importancia al haberse logrado lo mismo dos días antes y por estar simultaneado con la dos caídas más fuertes del año. Todos estos datos juntos en seis días denuncian una volatilidad excesiva, fruto de un juego a corto plazo que exige salir a tiempo y no quedar fuera del movimiento siguiente. La contratación, con más de 180.000 millones de pesetas, indica que los seguidores de este juego son numerosos, como corresponde a una situación en la que los precios dan miedo y el dinero abunda.

El mes de abril se despide con un descenso de 17,59 puntos, el 1,97%, que muestra que la tendencia alcista ha chocado con algunos problemas, no del todo imprevisibles. En el conjunto del año, sin embargo, la Bolsa todavía acumula una subida del 37,70% que permite a muchos inversores, sobre todo institucionales, esperar acontecimientos disfrutando de un buen colchón.

La relativa tranquilidad con que la Bolsa cerró esta semana no ha sido mérito propio, puesto que se ha debido al buen comportamiento de la economía estadounidense a lo largo del primer trimestre. El producto interior bruto de Estados Unidos creció un 4,2% en los tres primeros meses de este año y sin presiones inflacionistas. Con este dato en la mano, la Reserva Federal [central] no puede subir los tipos de interés, a menos que lo haga para enfriar ligeramente el proceso y evitar males futuros.

El Bundesbank decidió mantener sus tipos de interés en la reunión celebrada ayer por su consejo, pero las buenas nuevas estadounidenses hicieron a los inversores europeos olvidar que es el euro el eje central de sus problemas inmediatos. Si los tipos de interés no suben en EE UU, hay menos probabilidades de que lo hagan en Europa y eso es lo que las bolsas celebraron ayer a lo largo de la tarde.

La rentabilidad de la deuda a 10 años acompañó con su descenso la subida de la Bolsa y pasó del 5,23% de la mañana al 5,15% del cierre.

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