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EL NACIMIENTO DEL EURO

Una divisa que nace desafiante

La indiferencia y el escepticismo con que era contemplado el nacimiento del euro en Estados Unidos han sido reemplazados esta semana por una gran sed de información y análisis. La prensa, los medios financieros y económicos y el Congreso se preguntan cómo puede afectar el euro a la hegemonía mundial del dólar y al porvenir de la economía estadounidense. El departamento del Tesoro predica calma, pero muchos expertos dicen que EE UU va a tener que aprender a vivir de modo más riguroso.Hasta hace apenas unos días, el euro era en EE UU un esotérico asunto de especialistas y no pocos apostaban porque la criatura jamás vería la luz. Ahora ha llegado finalmente a los hogares a través de los programas de televisión y páginas de periódicos, que informan de su inminente alumbramiento e intentan predecir sus consecuencias.

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El consenso es que, si funciona, el euro va a tener repercusiones sobre EE UU. Un grupo de expertos compareció el martes ante un comité del Congreso y dijo que la nueva divisa supone el «más serio desafío para el dólar» en el siglo que está a punto de expirar. Los expertos enumeraron luego las ventajas que obtiene EE UU por el hecho de que el billete verde sea la divisa mundial de referencia, entre ellas las relativas a la compra de petróleo, la posibilidad de enormes déficits comerciales y el atractivo de sus mercados de acciones y bonos.

«La emergencia de una sólida alternativa al dólar», dijo Randall Henning, profesor de la American University de Washington, «se traducirá en que los inversores internacionales exigirán más rigor a la política económica estadouinedense». Los mercados de acciones y bonos de Wall Street, añadió, serán «más vulnerables a ventas masivas en casos de errores como los déficit presupuestarios de los años ochenta».

«¿Van a continuar siendo valorados en dólares el oro, el petróleo y otros bienes?», se preguntó en el Capitolio Jill Considine, presidenta de la New York Clearing House Association. «Lo probable», respondió, «es que los compradores europeos insistan en querer que se valoren también en euros, para evitar los riesgos en los cambios que hoy afrontan». Eso, concluyó, obligará por primera vez a los consumidores de EE UU a prestar atención a los tipos de cambio, algo a lo que no están en absoluto acostumbrados.

Klaus Friedich, del Dresdner Bank Group, recordó a los congresistas que el mercado de acciones de EE UU es hoy tres veces más grande que el de los 11 países del euro, en buena medida gracias al papel del dólar como divisa refugio. «Pero eso puede cambiar en el futuro», advirtió. «La desaparición de los riesgos de las oscilaciones monetarias hará mucho más atractivas las acciones europeas».

Ni los expertos que comparecieron ante el Congreso ni nadie cree en EE UU que el euro vaya a sustituir a corto o medio plazo al dólar como referencia mundial, pero muchos empiezan a creer que puede ser una segunda alternativa.

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