Aumentan las actuaciones del Síndic de Greuges en las localidades adonde ha desplazado su oficina durante un día
Ningún ciudadano de la Val d"Aran acudió al Síndic de Greuges durante 1997 y sólo dos de los vecinos del Pallars Sobirà lo hicieron en el mismo periodo. Ello no significa que los ciudadanos de estas comarcas no tengan consultas o quejas que plantear al Síndic, sino que posiblemente han renunciado a hacer uso de este servicio a causa de la distancia física que les separa de la oficina del Síndic, ubicada en Barcelona. Los informes del Síndic de Greuges correspondientes a los últimos años ponen efectivamente de manifiesto que la distancia es uno de los factores que determinan el nivel de uso de esta institución de mediación entre la Administración y el ciudadano. Con el propósito de acercar la figura del Síndic a la sociedad y hacer más accesibles sus servicios, especialmente a los ciudadanos que viven más alejados de la capital catalana, la sindicatura inició en 1996 su proceso de descentralización con un plan piloto llevado a cabo en la ciudad de Girona. Desde entonces, y ante los resultados positivos que cosechó la institución en aquella primera experiencia, el síndic de greuges, Anton Cañellas, se ha desplazado con algunos de sus asesores a varias capitales de comarca catalanas para atender directamente durante un día las demandas de los ciudadanos. En todas estas poblaciones, entre las que se hallan Lleida y Tarragona, el número de actuaciones practicadas con respecto al año anterior ha aumentado notablemente, según se desprende de la memoria anual del Síndic de Greuges, que la próxima semana debatirán en comisión los grupos parlamentarios. El balance revela, en el caso de la capital leridana, que respecto al año anterior en 1997 casi se duplicó el número de casos que vio el Síndic (de 69 se pasó a 102 actuaciones). En Tarragona, adonde el Síndic también desplazó durante un día su oficina y a sus colaboradores en 1997, el número de expedientes fue de 124, frente a los 95 del año anterior. En Girona, Cañellas atendió en un solo día -el 25 de noviembre de 1995- una cincuentena de quejas, cuando a lo largo de todo el año anterior la cifra global fue de 94. Una vez comprobado el éxito de la experiencia en Girona, Tarragona, Lleida y Manresa, la descentralización de la sindicatura proseguirá en poblaciones de las comarcas más alejadas de Barcelona, como el Pallars Sobirà, la Val d"Aran y el Alt Empordà.
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