Adams pide a Tony Blair una menor presencia del Ejército británico en Irlanda del Norte
El presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, y su principal negociador en el proceso de paz, Martin McGuinness, defendieron ayer durante su entrevista con el primer ministro británico, Tony Blair, la reducción de las tropas británicas en Irlanda del Norte así como el desmantelamiento de la policía local, la Royal Ulster Constabulary. Al término de una entrevista que ambos calificaron de «positiva y constructiva», los dirigentes republicanos aceptaron que el acuerdo político firmado el pasado Viernes Santo contiene «propuestas positivas».
En su estrategia para conducir al movimiento republicano hacia la aceptación del Acuerdo de Stormont, Gerry Adams y el número dos del Sinn Fein, Martin McGuinness, buscaron ayer en Londres ciertas garantías a corto y largo plazo respecto a las prometidas reformas. Por una parte, la intensa actividad de las patrullas británicas en zonas fronterizas entre el Ulster y la República de Irlanda dificulta la tarea de persuasión de ambos líderes que vienen promoviendo el debate dentro de su organización sobre las repercusiones del documento político desde su publicación el pasado Viernes Santo. A largo plazo, la rama política del Ejército Republicano Irlandés (IRA) quiere ver el desmantelamiento de la policía local, el RUC, formado en la actualidad por agentes de la comunidad protestante en su gran mayoría. «Hemos expresado nuestras inquietudes y áreas de preocupación. Las injusticias deben ser corregidas», señaló Adams al término de la reunión.
La mera presencia en Downing Street de los dirigentes republicanos, cuya primera visita se realizó tan sólo el pasado diciembre, se interpreta como un triunfo político. Adams y McGuinness acudieron en solitario, libres de símbolos y eslóganes antibritánicos, y el primer ministro Tony Blair les recibió como genuinos interlocutores de la causa republicana, como dos políticos que apuestan realmente por la paz.
Su visita a Downing Street se prolongó más tiempo de lo habitual y, consumidos los 95 minutos de la reunión con Blair, los líderes del Sinn Fein pudieron discutir los detalles de las «áreas de preocupación» con Mo Mowlam, ministra británica para Irlanda del Norte. Triunfo político para el Sinn Fein y simbólico en tanto que sus líderes podrán demostrar a sus afiliados y a la población nacionalista en general que el Gobierno británico no sólo escucha a los portavoces unionistas. Desde la firma del Acuerdo, Blair ha recibido personalmente y apoyado con documentos escritos a David Trimble, líder de los Unionistas del Ulster.
Las peticiones del Sinn Fein tienen difícil solución a corto plazo. La cúpula del partido se reúne en un congreso especial el próximo 10 de mayo para decidir su postura en la consulta popular prevista 12 días después. Adams busca la aceptación del acuerdo y, posiblemente, el apoyo del resto de los dirigentes republicanos a la participación del Sinn Fein en la futura asamblea autonómica de Belfast. Para ello, el partido debe modificar sus estatutos que, en su enunciado actual, prohíbe tomar parte en una institución que legitima la partición de la isla. «El documento debilita la unión» del Ulster con el Reino Unido, defendió ayer Adams.
A pesar de que el IRA respeta su tregua, la retirada del Ejército británico de zonas fronterizas se considera prematura. Ésta es la zona de operación del Ejército Republicano de Continuidad, responsable de una serie de atentados en los últimos meses. Ayer mismo, la policía irlandesa investigaba el cadáver de un joven de unos treinta años que se descubrió en Dormand, junto a la carretera nacional de Dublín a Belfast.
No obstante, las más recientes víctimas mortales se han producido entre la comunidad católica y en zonas distantes de la frontera. El grupo radical protestante Fuerza de Voluntarios del Ulster, que se niega a aceptar el proceso de paz, parece el responsable de los útimos ataques sectarios. El Ejército Irlandés de Liberación Nacional , por su parte, parece enzarzado en una guerra interna como se desprende de la muerte de un taxista católico la semana pasada.
Por otra parte, el Acuerdo de Stormont contempla la reforma de la policía local y una investigación independiente sobre su futura composición. Su posible desmantelamiento, como exige el Sinn Fein, está siendo aprovechado como combustible por la campaña a favor del no en el referéndum del 22 de mayo. Un movimiento al respecto por parte de Blair o del Ministerio de Irlanda del Norte podría ser una invitación para que miembros de la comunidad protestante se unan al movimiento del no que encabezan Ian Paisley y Robert McCartney.
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