_
_
_
_
Reportaje:

Arte en los juzgados

Abogados, procesados y artistas comparten espacio en el Palacio de Justicia de Vitoria (Avenida de Gasteiz 18) desde que el Colegio de Abogados de Álava decidió, hace algo más de dos años, dar un doble uso a la sala en la que los letrados se visten sus togas antes de acudir a juicio. Lo que a ojos del visitante puede parecer una improvisada exposición de arte forma parte de una dinámica consolidada impulsada a finales de 1995 por Eva Val, entonces administrativa del colegio. La iniciativa de utilizar esta sala de los juzgados como galería artística fue la alternativa a la falta de presupuesto con que comprar cuadros que llenasen el blanco impoluto de las paredes. Los letrados pensaron entonces en una solución que, al tiempo que decoraba la estancia, ofrecía una oportunidad a artistas vascos poco conocidos. La idea prosperó y tras la aprobación del proyecto por la Junta de Abogados, se organizó la primera muestra. Desde entonces innumerables pintores, escultores y fotógrafos, tanto noveles como de reconocida trayectoria, han expuesto sus trabajos en las paredes del colegio. Javier Girbau, José María Solitario, Gustavo Almarcha, Joaquín Fraile, Koko Rico, Fernando San Miguel y el fotógrafo Jaime Pérez de Arrilucea son algunos de los artistas que han exhibido su obra allí. El sistema para programar las exposiciones es sencillo. Al principio fue algo más complicado porque era el Colegio el que debía ponerse en contacto con los creadores. Tras la celebración de las primeras muestras, corrió la voz y ahora son los propios artistas los que llaman para solicitar fecha. Ahora las obras permanecen expuestas un mes, aunque hubo una temporada en que este tiempo se redujo a tres semanas para agilizar la larga lista de espera de pintores y escultores ansiosos de exponer. El éxito de la iniciativa está demostrado: desde el principio la sala siempre ha estado ocupada por alguna exposición. El Colegio de Abogados no hace ninguna selección previa ni de los artistas ni de las obras. Cualquiera puede exponer, sin necesidad de previa relación con el organismo oficial de los letrados alaveses. Además de mostrar su obra, los artistas pueden también venderla. El Colegio se encarga de ponerles en contacto con los visitantes interesados en adquirir alguna de las piezas. Previsores, los creadores dejan su número de teléfono a los trabajadores de la oficina y algunos incluso un listado de las obras con sus correspondientes precios. Si en un principio las ventas fueron elevadas, actualmente han decaído, aseguran fuentes del Colegio. Pese a que la entrada a la sala es libre, la mayor parte del público está compuesto por los propios letrados y en general personal de la Administración de Justicia. El número de visitantes ajeno a la institución es reducido, sobre todo por desconocimiento, ya que el Colegio no ha hecho publicidad de esta peculiar sala de exposiciones. El horario del recinto es el mismo que el de las oficinas; de nueve a dos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_