Mensajero ante Antxon

El comisario Fernando Mariscal llegó en 1994 al Ministerio de Justicia e Interior apadrinado por el entonces jefe de los servicios de Información de la policía, Gabriel Fuentes. Antes había estado en Venezuela, Nicaragua y otros países americanos, comisionado para controlar los movimientos de los etarras allí asentados. Desde el primer momento se convirtió en uno de los asesores de confianza de la viceministra de Interior, Margarita Robles, para los asuntos relacionados con la lucha antiterrorista.

A comienzos de 1995 fue designado por el superministro Juan Alberto Belloch como enlace permanente con la policía francesa para la colaboración antiterrorista, con la misión de evitar los frecuentes encontronazos suscitados en Francia entre los agentes españoles y las autoridades de París. Éstas, por su parte, nombraron al comisario Patrick Riou como interlocutor de Mariscal. Funcionario discreto, Fernando Mariscal realizó también otras misiones delicadas por encargo de Margarita Robles. Entre ellas, la de actuar como mensajero ante el denominado aparato de interlocución de ETA asentado en la República Dominicana y encabezado por Eugenio Etxebeste, Antxon.

Durante los meses finales del último Gobierno socialista, el comisario estuvo al tanto de la tarea de intermediación ante ETA desarrollada por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. Mariscal nunca llegó a tener frente a frente a Antxon hasta que éste fue expulsado de la Republica Dominicana y entregado a España en agosto de 1997.

Tras el cambio de Gobierno en mayo de 1996 y el relevo del socialista Belloch por el popular Jaime Mayor Oreja, fue uno de los pocos altos cargos que continuaron en el Ministerio del Interior.

Mariscal, que goza de la confianza del secretario de Estado de Seguridad, según fuentes policiales, permanecerá en el cargo hasta que llegue su sustituto.