Hallados nuevos restos humanos en una casa del 'clérigo asesino' de Bruselas

La fuga de Marc Dutroux dejó ayer casi sin audiencia a uno de sus rivales en el museo de los horrores del país: el pastor protestante húngaro Andras Pandy. Los científicos han llegado a la conclusión de que los restos hallados en las bodegas de dos de sus domicilios en Bruselas corresponden a un mínimo de 14 personas y a un máximo de 22. La policía sospecha que seis de estos cadáveres son de miembros de su familia. Dos corresponderían a su última esposa y a la que tenía antes de ese matrimonio. Los otros cuatro serían de hijas suyas. Pandy fue detenido en octubre pasado. Los primeros registros en una de sus tres casas bruselenses permitieron descubrir restos humanos de al menos seis personas. Se trataba de un cráneo, dos fémures, un hombro y una pelvis. Posteriores investigaciones permitieron encontrar más restos, como dientes correspondientes a ocho personas distintas, en otro domicilio.

El pastor, nacido en Hungría pero residente en Bélgica desde 1957, negó todas las acusaciones y aseguró que esos restos deberían estar allí desde antes de que él se instalara. Pero Pandy había sido delatado por una de sus hijas, Agnes, con la que mantenía una relación incestuosa. Los investigadores creen que Agnes colaboró con Pandy para cometer los crímenes.

Según la policía, el pastor captaba a sus víctimas a través de anuncios en la prensa, particularmente la húngara. Contactaba con mujeres en busca de matrimonio y las convencía de que se trasladaran a Bruselas. Una vez allí, las encerraba y acababa asesinándolas.

A pesar de la macabra conclusión de los investigadores, la noticia no mereció ninguna referencia en los informativos de la televisión pública francófona, que dedicó todo su espacio a la fuga de Dutroux. Pero Panddy también forma parte de la macabra leyenda que se está fraguando Bélgica en los dos últimos años.