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PRIMARIAS SOCIALISTAS

Borrell gana y trastoca la situación del PSOE

La ejecutiva federal confía en que Almunia decida hoy como secretario general

Anabel Díez

Nadie acertó en los pronósticos. El proceso de elecciones Primarias que puso en marcha voluntariamente el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, para dar la oportunidad a otros compañeros del partido a que compitieran con él para la candidatura a la presidencia del Gobierno, se saldó, anoche con la victoria de José Borrell por nueve puntos de diferencia. "Espero ser digno de la responsabilidad que me habéis dado en este camino que tiene que acabar en la Moncloa y confío, estoy seguro, que Joaquín y yo estaremos juntos". Estas fueron las primeras palabras de Borrell ante los cientos de militantes que se concentraron en la sede federal del PSOE. "Sabía el riesgo que corría y estoy orgulloso de haberlo hecho; desde hoy soy un colaborador más del futuro presidente de España, Pepe Borrell y trabajaré para su triunfó", dijo por su parte Almunia.

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Amenanazas de dimisión

Aunque en las palabras de ambos había un mensaje de tranquilidad a la militancia, nadie ocultaba su preocupación ante la hipótesis de que Almunia cumpla su promesa y dimita hoy de su cargo de secretario general en la reunión de de la comisión ejecutiva federal. Con Borrell a la cabeza, desde todas las federaciones empezaban anoche las presiones para que Almunia abandone la idea.

Aunque el secretario general partió como vencedor, las distancias se acortaron durante la campaña, según revelaba el barómetro, si bien poco científico, del entusiasmo que manifestaban los afiliados en los actos de José Borrell. Un día antes de la votación se barajaba la victoria de Almunia por un 60% frente a un 40% de José Borrell. Se confiaba en el peso de las federaciones de Andalucía y en Castilla-La Mancha para que contribuyeran a una holgada victoria del actual secretario general. Efectivamente ganó en ambas, así como en el País Vasco, pero también en estas comunidades obtuvo Borrell un résultado más que decoroso -sobre todo en Euskadi- y ganó en todas las demás.

Generar ilusión

La solidez de Almunia, reconocida por todos los militantes, no ha podido con la "capacidad de generar ilusión" que ha provocado Borrell entre la abatida organización socialista, que no conseguía levantar cabeza tras la derrota electoral y la amargura provocada por los casos de corrupción. De nada ha valido el respaldo que han brindado a Almunia los dirigentes regionales, volcados en transmitir la idea de que sería un mejor presidente del Gobierno. La mayoría de los militantes han conectado más con los partidarios de Borrell, que ha recordado durante su campaña que antes de gobernar hay que ganar al PP. El perdedor hizo gala anoche de la templanza que se le atribuye. Habló con serenidad y sobreponiéndose a una terrible ronquera. Algo de emoción también había. De sus palabras de anoche, muy cuidadas, no podía desprenderse nada que no fuera su oferta de leal colaboración a José Borrell para que este camino de primarias concluya en La Moncloa.

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¿Qué pasará hoy cuando se reúna la comisión ejecutiva federal?, se preguntaban la mayoría de los cuadros medios del PSOE que acudieron anoche a felicitar a ambos -el elegido fue despedido con gritos de "presidente, presidente"-. El temor más que fundado de que Almunia abandone la secretaría general, tal y como anunció, planea sobre todos.

Los esfuerzos para hacerle desistir de este empeño van a ser considerables. Todos los dirigentes regionales y provinciales del PSOE van a echar el resto para impedir que su secretario general abandone el cargo, y el primero que tratará de evitarlo a toda costa será José Borrell.

Éste, además, tomó la palabra a Almunia respecto a su oferta de colaboración: "Espero, estoy seguro, que vamos a seguir trabajando juntos para continuar la obra de Felipe González". Tras fundirse en un abrazo con su rival, Borrell se apresuró a ir a buscar al presidente del partido, Ramón Rubial, un tanto preocupado, y le achuchó hasta que éste sonrió e hizo la uve de victoria.

Tras los abrazos, cada uno tomó un rumbo. El secretario general se retiró a su despacho acompañado por el secretario de Organización, Cipriá Ciscar, el portavoz, Alfredo Pérez Rubalcaba y otros miembros de la ejecutiva, entre ellos, el ex secretario general del PSOE Felipe González, aunque éste no llegó a aparecer en público.

Borrell dejó Ferraz sobre la una y cuarto de la madrugada para dirigirse con sus colaboradores al despacho que el partido le facilitó cerca del Congreso. Según personas de su entorno, marchó sumamente preocupado ante la posibilidad de que su victoria pudiera provocar una crisis en el PSOE. Muchos militantes echa ban ayer mano a los estatutos para leer lo que hay que hacer cuando dimite el secretario general. El artículo 31, apartado Ñ, señala que, ante la vacante de la secretaría general, se debe reunir el comité federal para convocar un congreso extraordinario. Ya hay un comité federal previsto para el próximo día 9 de mayo pero el motivo de su reunión era hasta ayer el de proclamar al candidato a la presidencia del Gobierno.

El futuro de Borrell

Queda ahora en manos de los dirigentes administrar el resultado y evitar que lo ocurrido derive en un conflicto entre dirigentes. Miembros de la Ejecutiva daban ayer casi por seguro que Borrell tendría que ocupar en breve la portavocía del grupo parlamentario para empezar a medir sus armas con las de su futuro rival a La Moncloa, José María Aznar. Anoche muchos cargos medios resaltaban que la solución adoptada en el 34 Congreso para sustituir en 24 horas a Felipe González ha saltado por los aires. Quienes apostaron por Almunia, es decir, la mayoría de los barones, concibieron que su patrocinado lo era también para la presidencia del Gobierno. Ha sido el propio Almunia, al dar voz a los militantes, quien ha descolocado lo que para él se dispuso.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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