Los once 'mandamientos' de Almunia para convencer a la inmensa mayoría

La campaña de las primarias ha puesto de manifiesto que Joaquín Almunia y José Borrell forman parte del mismo proyecto socialista y discrepan, en todo caso, más en aspectos de talante personal que político. El propio Almunia tuvo buen cuidado de aclararlo cuando se presentó públicamente dispuesto a la contienda: "Dos socialistas no se pelean si ninguno de los dos quiere". Y luego precisó el sentido de la competición: "Queremos discutir entre los dos cómo hacer mejor las cosas y quién las puede hacer mejor". Le ha costado más a Almunia lanzar sus mensajes diferenciadores. En principio, porque surgía como secretario general del partido y, por tanto, como cabeza visible de un aparato que ya lleva diez meses enviando ideas a la sociedad desde que relevó a Felipe González en el 34º Congreso. Luego, por sus propias características y el estilo de comportamien to con el que se siente más cómodo. Así, Almunia tuvo que esperar al ecuador de la campana para resumir en once sus mandamientos políticos.

A partir de esas líneas maestras, "vertebradoras de un sistema social para la inmensa mayoría", pretende construir a partir de hoy el futuro programa electoral del PSOE con los militantes y simpatizantes: 1. Defensa inequívoca de las reglas de juego democráticas pervertidas por el Gobierno del PP. 2. Atención urgente a la justicia. 3. Preocupación por el modelo de Estado. 4. Recuperación del prestigio exterior que alcanzó España en la época de Felipe González. 5.Rehacer la cohesión de los demócratas frente al terrorismo. 6. Aprovechar la bonanza económica para enriquecer un plan de empleo. 7. Apuesta por la educación pública. 8. Compromiso por la sanidad pública y el sistema de pensiones del Pacto de Toledo. 9. Equilibrio entre desa rrollo sostenible y medio ambiente. 10. Liberalizar más los servicios, pero no los contratos de trabajo. Y 11. Apoyo sincero a la creatividad cultural.

Este boceto no dibuja totalmente al personaje. Almunia huye de la definición en primera persona y prefiere siempre el plural y los equipos. Se postula como candidato de los dirigentes y de las bases, del centro a la izquierda, y siempre dentro del PSOE y fiel a sus raíces. El de Almunia es un proyecto de cambio tranquilo, sin aventuras ni amnesias, federalista y periférico, continuista y equilibrado. No se ve líder cuando se mira al espejo por las mañanas y dice no saber qué es la erótica del poder. Sólo quiere encabezar la marcha para ganar a José María Aznar.