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PRIMARIAS SOCIALISTAS

El "decálogo" de Borrell para captar los votos de todos los progresistas

El ex ministro de Obras Públicas se atrevió a postularse "frente" al secretario general

Javier Casqueiro

"Ustedes ya me conocen, soy tremendamente competitivo y no me presentaría si no fuera para ganar". Alguien que no tiene rubor en contraponerse como "el mejor" es sin duda alguien con agallas. No le faltan a José Borrell. En su carta a los militantes confesaba temores y ambiciones. Borrell ha sido plenamente consciente de los riesgos que ha corrido en esta disputa, "no contra, pero sí frente a un candidato que es secretario general" del PSOE. Ese espíritu arriesgado aguarda ahora los frutos de su cosecha. Quería ser un "revulsivo" y un "estímulo" para un partido que veía instalado en el fatalismo. Ese logro se ha conseguido entre los dos rivales. El peligro de riña y división se ha superado. Borrell ha preconizado un estilo a veces victimista de "David frente a Goliat". El aparato del PSOE y sus pesos pesados han justificado esa estrategia con sus constantes pronunciamientos a favor de Almunia. En ese escenario se ha presentado a Borrell como el "yo" frente al "nosotros". El ex ministro catalán se ha ofrecido entonces como el candidato no de los cuadros dirigentes y ni siquiera de las bases sino de la mayoría de los progresistas, incluso los no socialistas: "Yo estoy en el centro de la izquierda frente a otros que están en la izquierda del centro, que no es lo mismo". Y añadía: "Está bien que los dirigentes digan su opinión pero yo prefiero que los militantes salgan a la calle y pregunten a su familia y a sus vecinos progresistas cuál es el mejor de los dos para ganar las próximas elecciones a José María Aznar, a Francisco Álvarez Cascos, a Rodrigo Rato, y para gobernar este país".

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Borrell, así, se ha construido un perfil individual, exclusivo, progresista y renovador radical, centralista con recelos autonómicos, práctico, partidario de un sector público y un Estado fuerte, aventurero y ambiguo.

Su decálogo político es, en este sentido, indicativo: 1. La izquierda no tiene que imitar a la derecha sino innovar. 2. No hay que renunciar a metas ambiciosas en nombre del realismo. 3. No hay que caer en la propaganda embaucadora de la derecha sobre la quiebra de la Seguridad Social y las pensiones. 4. No se debe confiar todo al crecimiento económico como demuestran los problemas del medio ambiente. 5. Hay que replantear el sistema capitalista: la sanidad, las pensiones, la educación y el trabajo no son mercancías sino derechos. 6. Hay que estimular desde los poderes públicos el reparto del trabajo y no sólo de la renta. 7. Hay que facilitar la transformación del Estado del bienestar sin desnaturalizarlo. 8. No se debe ni puede confundir igualdad con igualitarismo. 9. No hay que dejar el déficit público a cero por una cuestión de fines sino de medios. Y 10. Es importante lo que ocurre en España pero el mundo no tiene fronteras.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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