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Sostiene Zubi

El portero de la selección nacional de fútbol participa en un congreso sobre la obra de Heinrich Böll

El portero del Valencia y de la selección nacional de fútbol, internacional más de 120 veces, Andoni Zubizarreta, de 36 años, no sólo trata estos días de recuperarse a marchas forzadas de una lesión, para poder intervenir en la fase final del Mundial en Francia, sino que interviene esta tarde en el I Congreso Internacional sobre Heinrich Böll, que comenzó ayer en la Universidad de Valencia. Zubizarreta hablará sobre las impresiones que le produjo la lectura de Opiniones de un payaso, una de las novelas más famosas del premio Nobel de literatura alemán. La opinión extendida durante mucho tiempo de que los futbolistas son gente dura, que sólo funcionan ante el estímulo de golpear una pelota, pertenece al pasado. Leer en el periódico Página 12 de Buenos Aires un encuentro sobre fútbol entre los entrenadores argentinos César Luis Menotti, Jorge Valdano y Angel Capa puede resultar un desafío a los hermeneutas más curtidos. La jerigonza del trío resulta más complicada que un tratado de Habermans o de Adorno. Para corroborar con hechos que los futbolistas actuales tienen en la cabeza algo más que un balón, el más emblemático de España, Zubizarreta, salta hoy a un ruedo académico en Valencia para exponer su recepción de una novela de Böll.

Francis García Quintero, encargado de la coordinación del congreso sobre Böll, explica que les pareció una buena idea invitar al lado de profesores más o menos sesudos a Zubizarreta, quien, en una entrevista, había declarado que Opiniones de un payaso fue una novela que influyó en su vida. El popular Zubi explica que la leyó hace 18 años y "me impresionó. Ahora la he vuelto a coger para poder exponer el efecto que me produjo después de 18 años de fútbol. Yo nací el año 61 [la novela se publicó en 1963] y creo que hay en ella muchas cosas actuales, como la hipocresía, esa imagen superficial; el tema de su madre, los amigos y el catolicismo. Trata también del aborto y la pena de muerte, e incluso del fútbol, pero en el sentido de pan y circo, como que los chicos se cansen para que no piensen en chicas".

Reconoce Zubizarreta, aunque con cierto pudor, que fue un estudiante extraordinario: "Todo el BUP lo hice con matrículas, pero en el COU ya sólo saqué notable". Empezó el entonces portero del Athletic de Bilbao la carrera de Químicas y llegó hasta el segundo curso, pero lo dejó, porque cumplir con el servicio militar, jugar al fútbol como profesional y estudiar una carrera era demasiado, "llegaba a la una del cuartel, y a las 5.30 iba al entrenamiento y llegaba a casa tarde y agotado. Pierdes el ritmo y no se conserva la disciplina de estudio".

Etiquetar a los futbolistas como tipos rudos le parece a Zubizarreta una idea del pasado: "El fútbol refleja la realidad. Los futbolistas salen de la gente normal. Un hijo es lo que la vida le permite ser. Ahora las exigencias profesionales son mucho mayores, pero reflejan la situación del país. No son ni más listos ni más tontos que el resto de la gente". Para Zubizarreta, el mundo del fútbol es muy especializado, "como puede serlo el de la electrónica". Como se demuestra con su presencia en el congreso sobre Böll, el portero internacional dice que lee bastante, "todo tipo de cosas, según las preocupaciones del momento". Eso sí, siempre está leyendo un libro. Ahora mismo, para su intervención esta tarde en el congreso, está a punto de concluir la lectura de nuevo de Opiniones de un payaso. La preocupación principal de Zubizarreta ahora es recuperarse de la lesión sufrida en un entrenamiento y poder estar a punto para defender una vez más la portería española en el Mundial. Si lo consigue, Zubizarreta entraría en esa categoría de futbolistas legendarios con cuatro mundiales sobre sus espaldas, en el grupo de Ios Pelé, Maradona y otros pocos elegidos. A pesar de esto, de sus 36 años, de sus más de 120 partidos con la selección, Zubizarreta no se considera un gurú. "¡Qué va!, sólo soy un nexo de unión. Soy el mayor, pero nada más".

La recuperación de la lesión marcha bien y Zubizarreta confía en que todavía podrá jugar algún partido de los últimos de esta Liga. Su intervención de esta tarde no le preocupa mucho, menos que tener que afrontar un penalti: "Será como hacer un examen oral, que, eso sí, eran los peores.

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