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Un fallo en una ejecución en Tejas alarga la agonía del reo más de una hora

Joseph Cannon, de 38 años, fue ejecutado ayer en la prisión de Huntsville, en el Estado norte americano de Tejas, mediante una inyección letal que tardó más de una hora en quitarle la vida. El Departamento de Justicia tejano reconoció que se tuvo que realizar un segundo intento de ejecución porque en la primera ocasión "la aguja saltó de su brazo". Cannon, condenado por el asesinato de una mujer cometido en 1977, pasó la mitad de su existencia en el corredor de la muerte. Ni las súplicas del papa Juan Pablo II ni las peticiones de clemencia de la organizaciones humanitarias internacionales hicieron mella en la decisión de las autoridades tejanas de ejecutar a Cannon, cuyos familiares recibieron abatidos la noticia de que la pena capital había sido torpemente consumada.

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