Militarismo juvenil
EL Fiscal general del Estado ha ordenado investigar lo ocurrido el pasado fin de semana en Oiartzun (Guipúzcoa), donde, según informaciones periodísticas, miembros de la organización Jarrai -rama juvenil de la Koordinadora Abertzale Sozialista (KAS)- extorsionaron a los comerciantes locales y a otros vecinos con motivo de la celebración de unas jornadas festivo-políticas en esa localidad. Por su parte, el consejero vasco dé Interior, Juan María Atutxa, responderá en el Parlamento de Vitoria a una pregunta del Grupo Popular sobre la actitud de la Ertzaintza en relación con esas jornadas, en las que participaron unas 10.000 personas. El departamento que dirige Atutxa ha desmentido que Jarrai instalara peajes en los accesos al pueblo. El diario Deia había informado de que se habían colocado vallas en las que miembros de la organización juvenil colocaban un distintivo de colaborador a los coches cuyos ocupantes pagaban una cantidad de dinero. Un sello similar lucía en los establecimientos del pueblo que habían aceptado pagar a los organizadores un porcentaje de sus beneficios, tal como Jarrai les había solicitado por carta.
Oiartzun es un municipio de 9.000 habitantes en el que HB cuenta con mayoría absoluta. Su alcalde ha manifestado que durante las jornadas no se produjo ningún problema especial y que no había recibido ninguna queja de sus vecinos. Aunque así fuera, la iniciativa del fiscal general está justificada, y también la petición de explicaciones al Gobierno vasco.
No es normal que unos ciudadanos, jóvenes o viejos, puedan establecer y cobrar una contribución especial por beneficios extraordinarios a los comerciantes de la localidad por ello! elegida para celebrar sus reuniones; y si bien es verosímil que algunos de esos comerciantes contribuyeran gustosos, también lo es que otros no tuvieran más remedio que acatar una sugerencia de ese tipo: por venir de una organización emparentada con los que ponen bombas y queman establecimientos -los de algunos concejales de la oposición en la localidad, por ejemplo-, y por ir acompañada de la sutil amenaza de marcar como no colaborador con la justa causa a los que no pagaran.
¿Qué causa? Según las conclusiones de las jornadas, la de acabar con la "opresión" a que se ven sometidos los vascos, y en particular sus jóvenes, "objetivo del control y el salvajismo policial" y, entre otras cosas, del "daño que provoca el militarismo". Ellos son la mejor prueba de esto último
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