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Aznar impide que el Consejo de Ministros debata las escuchas del Cesid a HB

Luis R. Aizpeolea

EI presidente del Gobierno, José María Aznar, impidió ayer el debate en el Consejo de Ministros sobre las escuchas del Cesid en la sede de Herri Batasuna (HB) de Vitoria. Ni hubo informe por parte del ministro de Defensa, Eduardo Serra, ni siquiera se abrió un debate sobre las medidas a adoptar por el Gobierno, como la aceleración de la reorganización del Ce sid. Aznar pretende, por encima de todo, en este momento, sepultar la polémica hasta la comparecencia de Eduardo Serra el martes en la Comisión de Defensa del Congreso.

Fue la de ayer la comparecencia más breve del portavoz del Gobierno, Miguel Angel Rodríguez, tras un Consejo de Ministros en dos años de legislatura No precisó a qué se refería la víspera cuando admitió que en las escuchas del Cesid a HB había habido un error. Se remitió a las mismas palabras. "Del mismo modo que en un momento determinado se puede decir que algún hombre del Cesid no ha hecho algo bien, creo que hay que reconocer que en el 99% de las ocasiones el Cesid trabaja bien, lo hace para nuestra seguridad y es necesario". El portavoz del Gobierno confirmó como correcta la interpretación de que el Ejecutivo iba a limitar las responsabilidades por las escuchas a, HB a un nivel menor y que en ningún caso iban a afectar ni al ministro de Defensa ni al jefe del Cesid, Javier Calderón. El portavoz dio a entender que Serra lo precisará en su comparecencia en la Comisión de Defensa del Congreso. "No hay novedad", respondió también sobre la posibilidad de que el Ejecutivo acelere la reorganización del Cesid, prometida por el Ejecutivo y bloqueada posteriomente.

Foto de familia

También eludió referirse a las tensiones internas que ha habido en el Gobierno durante estos días. José María Aznar intervino directamente para pacificar las tensiones, con foto de familia incluida, aprovechando la entrega en la noche del jueves del Premio Jovellanos al ministro Eduardo Serra. Fuentes gubernamentales las centran en el malestar existente en el entorno del ministro de Defensa hacia la Dirección General de la Guardia Civil e incluso la Vicepresidencia primera del Gobierno como origen de las filtraciones que pretendían perjudicar a Serra al poner en evidencia los errores en el funcionamiento del servicio secreto.

Ahora ha sido el primer partido de la oposición el que ha enarbolado esta bandera. El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, manifestó ayer que es Francisco Álvarez Cascos la persona que "mejor puede informar" sobre las filtraciones relacionadas con las escuchas ilegales del Cesid en la sede de HB. El ex presidente del Gobierno, Felipe González, centró ayer el problema en quién y por qué filtra la información. "Lo que más importa es que aquí la clave, en contra de lo que se está haciendo, diciendo o pensando, es quién y por qué filtra esa información", aseguró el ex presidente.

No obstante, el PSOE no pretende hacer sangre con esta cuestión y el Gobierno cuenta con ello en la Comparecencia del ministro de Defensa del próximo martes en el Congreso. El responsable de política autonómica del PSOE, Ramón Jáuregui, adelantó ayer que es necesario "extremar la prudencia" hasta que la investigación permita conocer los hechos. El que este asunto afecte a una cuestión de Estado, como la lucha antiterrorista, explica la actitud tomada por el PSOE.

Los socialistas aprovecharán esta cuestión para contraponer la posición que el PP mantuvo cuando era oposición con la suya en estos momentos. Para ello, su portavoz parlamentario, Juan Manuel Eguiagaray, ha formulado una pregunta al presidente del Gobierno en la sesión de control del próximo miércoles en la que le interpelará por las razones "por las que ha modificado el Ejecutivo sus criterios sobre las responsabilidades políticas".

Tampoco va a encontrar problemas el Gobierno en su socio mayoritario, CiU. Ayer, Joaquim Molins adelantó que va a tener "una aproximación, prudente" al tema y añadió que, en todo caso, debe partirse del bienentendido de que la defensa del Estado de Derecho es totalmente necesaria".

En el terreno político, el Gobierno va a encontrar la posición más beligerante en Izquierda Unida (IU). Su coordinador general, Julio Anguita, pidió ayer la dimisión del ministro. de Defensa. Recordó que cuando se descubrieron las escuchas del Cesid, en 1995, cuando gobernaba el PSOE, "el PP montó en cólera" y "ahora debería predicar con el ejemplo". Anguita rubricó que el PP le está recordando "con sus excusas torpes y balbuceantes a las peores etapas del PSOE".

El PNV también mantendrá una actitud muy crítica, pero no tan beligerante como IU. La rotunda petición de dimisión del ministro de Defensa por parte de Anguita se transforma en el portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, en que "debería tener el gesto político de pedir la dimisión". Joseba Egibar, del PNV, dijo ayer que tenía la "convicción y la certeza" de que su partido también ha sido espiado.

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