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Un debate internacional denuncia el fundamentalismo como arma política

Una reunión plantea que este fenómeno es ajeno a la religión

Atacar a las mujeres es, simplemente, un poderoso y eficaz instrumento ideado para derribar los principios democráticos igualitarios, puesto que ninguna religión, monoteísta ni politeísta, contiene elementos que permitan justificar el fascismo y la persecución femeninas. Éste es uno de los principales puntos de partida del debate sobre Mujeres y fundamentalismos, inaugurado ayer en Barcelona, en el que participan destacadas mujeres de todo el mundo, de culturas musulmana, cristiana y judía.

El coloquio ha sido patrocinado por la Comisión Europea, el grupo parlamentario de los Socialistas Europeos y el Ayuntamiento de Barcelona. ¿De dónde y de quién procede el terrorismo contra las mujeres? La peliaguda cuestión tiene respuestas políticas, sociales, psicológicas, económicas o legales, pero, curiosamente, no verdaderamente religiosas. Las mujeres reunidas en Barcelona han vivido muy directamente las consecuencias de los fundamentalismos. Encuentran en ellos un claro denominador común: las mujeres de todo el mundo son un poderoso sector de defensa de la paz y del igualitarismo, de la construcción de la democracia desde abajo. Contra ellas se dirige, pues, la violencia ultraderechista, disfrazada ahora de místicos argumentos, ya sea procedentes del Corán, la Biblia o el Evangelio.

La conexión subterránea de los fundamentalismos es un hecho evidente para Nicole Muchnik, directora de la Asociación de Intercambios Culturales Passages, organizadora del coloquio. "Las mujeres representan una subversión, un cierto desorden como alternativa al poder político, ya que su forma de vida intenta arreglar las cosas de abajo a arriba. Es por ello que no sólo los fundamentalistas supuestamente religiosos, sino también el propio fascismo existente actualmente en Francia, intentan mantener a la mujer en casa".

La diputada laborista de Israel Yael Dayan, hija del general Dayan y responsable en el Parlamento israelí de la comisión para la defensa de los derechos de las mujeres, coincide en esa apreciación."El proceso de paz en Israel está tocado a muerte por el fundamentalismo judío y árabe, que en realidad son sólo el brazo de las respectivas extremas derechas. Curiosamente, coinciden en el tema de la mujer, aunque en Israel sin resultados por ahora. Las mujeres palestinas lo tienen peor. La interpretación que ambos hacen del Corán y la Biblia, en el sentido de concebir a la mujer como un ser secundario, existente para el hombre, es sólo una excusa para limitar el poder, de las mujeres. Hay una conexión: la extremá derecha que intenta gobernar y contra ella debemos hacer una coalición".

La periodista argelina Mafika Abdel Aziz cree también que el fundamentalismo islámico del FIS y la violencia contra las mujeres son el resultado de los intentos políticos desestabilizadores de la extrema derecha. "Han usado el islamismo contra la izquierda en un país, Argelia, de cultura musulmana, en realidad del más preparado de los países árabes para afrontar transformaciones hacia la liberación, hacia cambios creadores".

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