El G-7 exige a Japón que aplique reformas estructurales en su economía
Los ministros de finanzas de los países más industrializados del mundo, agrupados en el G-7, pidieron ayer a Japón explicaciones sobre las medidas que piensa aplicar para asegurar una sólida recuperación de su economía. El ministro alemán de finanzas, Theo Waigel, se sumó públicamente a los llamamientos realizados durante los últimos días por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los responsables norteamericanos y pidió a Japón que explique "paso por paso" las medidas que piensa adoptar para estimular la demanda y reformar su estructura financiera y económica, al borde de la presión más grave desde la II Guerra Mundial.
En Washington todos los análisis coinciden en enfatizar que a pesar de la gravedad de la reciente crisis financiera en Asia, el gran riesgo para la economía mundial es la situación de la actividad y las finanzas de la segunda potencia industrial. Japón, por boca de su ministro de Finanzas, Hikari Matsunaga, considera que su Gobierno ya ha dado pruebas de su voluntad de aplicar medidas drásticas, la última el anuncio de un programa de estímulos fiscales de 4 billones de yenes (4,5 billones de pesetas).
En favor de esa tesis, se han mostrado en privado algunos directivos de organismos financieros internacionales, como el propio FMI, quienes a pesar de presionar a Japón en público reconocen las dificultades a las que hacen frente las autoridades de ese país.
También se comprende la prevención de las autoridades japonesas a incrementar su déficit presupuestario, situado ya en el 5%, con nuevas medidas fiscales que "casi siempre generan un mayor ahorro de su población, muy preocupada por las incertidumbres que plantea el futuro, y no en un mayor consumo".
Reformas estructurales
El FMI y Estados Unidos, que encabeza el G-7, del que también forman parte Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá, cree que además de plantear medidas de impulso de la demanda debe acometerlas denominadas reformas estructurales en el campo de la oferta, especialmente la liberalización de su economía y la reestructuración de su sistema financiero. Aquí, sin embargo, las diferencias de opinión son manifiestas. Japón ya ha explicitado que considera que su sistema financiero ya está estabilizado y fuera de peligro. Siempre en relación con Japón, otro de los temas de la agenda del G-7 es la situación de su moneda, el yen. Precisamente hace un año, el G-7 ya acordó actuar coordinadamente para reforzar la posición del yen frente al dólar. El balance es justamente contrario, el yen no ha dejado de devaluarse frente al dólar, alcanzado recientemente mínimos históricos. Durante los últimos días, según diversas fuentes, el Banco de Japón ha vendido 16.000 millones de dólares (2,4 billones de pesetas) lo que ha permitido al yen recuperar algo su cotización frente al dólar. En una reunión mantenida entre Matsunaga y Robert Rubin, secretario del Tesoro de Estados Unidos, expresar su preocupación de una depreciación excesiva del yen.
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