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Reportaje:

Los humos de Netanyahu

Polémica en Israel porque el Estado paga los puros del primer ministro y los 250 escoltas de sus vacaciones

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu (Bibi), inicia hoy sus vacaciones de Pascua en el puerto de Elat, a orillas del mar Rojo, en un ambiente enrarecido por el humo. Por el humo de sus puros. Según publican dos de los principales periódicos israelíes, son las arcas públicas las que corren con los gastos de los cigarros que se fuman tanto Netanyahu como sus más cercanos colaboradores. Al parecer, la oficina del primer ministro gasta cada mes un total de 11.700 sheckels (algo más de medio millón de pesetas) en financiar este hábito. Y la factura va a parar directamente a las cuentas del Estado.La oposición al Ejecutivo y el Movimiento en Defensa de la Calidad del Gobierno han puesto el grito en el cielo y están ya analizando los aspectos legales de la cuestión para ver si es posible evitar que los puros sigan corriendo a cargo del contribuyente. La diputada laborista Dalia Itzik ha pedido que Netanyahu devuelva todo el dinero invertido en puros desde que llegó al poder: unos 12 millones de pesetas.

Por su parte, el portavoz del primer ministro, Shai Bazak, ha comentado que "se trata de un gasto con un objetivo protocolario, y que ha sido una práctica aceptada por otros primeros ministros". Sin embargo, el ex primer ministro Isaac Shamir ha dejado claro que él no recuerda tal cosa. "Yo no fumaba", ha dicho Shamir, "nunca hice un pedido de puros, ni había presupuesto para ello". Personal de la oficina del primer ministro recuerda también cómo el asesinado Isaac Rabin compraba sus propios cigarrillos.

La polémica ha quedado aplacada hasta que finalice la Pascua judía, la fiesta que conmemora el fin de la esclavitud en Egipto y que mantiene estos días a todas las instituciones del país bajo mínimos. A todas menos a las encargadas de la seguridad del primer ministro.

La escena que durante el verano pasado dio la vuelta al mundo, de un Netanyahu sonriente a la orilla del mar en desenfadada pose familiar rodeado de aguerridos guardaespaldas uniformados con gafas de sol, volverá probablemente a repetirse. La familia de Bibi -su esposa Sara y sus dos hijos- disfrutará de estos días de descanso acompañada por 250 escoltas y personal de seguridad.

La finca de Elat donde se alojarán ha sido, durante los últimos días, un auténtico bullir de agentes y camiones cargados de equipajes. El coche blindado de Netanyahu está ya aparcado en el garaje de la mansión privada, propiedad de un hombre de negocios residente en Alemania que la ha alquilado para las vacaciones del jefe del Ejecutivo al precio de mil dólares al día (algo más de 150.000 pesetas).

A juzgar por lo que periódicamente publica la prensa israelí, son frecuentes los casos en los que los gastos personales del primer ministro acaban creando quebraderos de cabeza a sus asesores legales. El último conocido. ha sido el de la factura por la fiesta de cumpleaños de uno de sus hijos. Según denunció el Canal 2 de la televisión pública israelí, la familia Netanyahu encargó comida y bebida para cien personas a uno de los restaurantes localizados en el hotel más lujoso de Jerusalén, el King David, para celebrar el sexto cumpleaños de su hijo Yair. La factura ascendió a 10.000 sheckels (medio millón de pesetas), que se pasaron a la oficina del primer ministro. Sus asesores legales advirtieron que pagarla iría en contra de la ley y que la factura debía ser abonada personalmente por Netanyahu. Los portavoces del primer ministro aseguran que así se hizo.

Pero el caso sin duda más caro es el contencioso que Bibi mantiene con el Estado acerca de quién debe correr con los gastos legales que le ocasionó el proceso abierto por un grave asunto de corrupción política conocido como Barongate, que estuvo a punto de costarle el cargo al primer ministro a principios del pasado año. Al final, la comisión que investigó el tema determinó el no procesamiento de Netanyahu porque no se pudo probar su participación en el tráfico de influencias que se denunciaba.

Como señala el especialista para asuntos legales del periódico Haaretz, el primer ministro ha hecho todo lo posible por evitar el pago de las facturas a los diversos abogados. En total, 300.000 sheckels (unos catorce millones de pesetas), que Netanyahu ha intentado que fueran asumidos por el Estado o cubiertos por donaciones.

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