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Los astronautas de la 'Mir' conculcaron la ley seca para brindar en el aniversario del primer vuelo espacial

Los astronautas de la estación rusa Mir conculcaron ayer la ley seca impuesta por los responsables de la misión y brindaron, con coñac introducido clandestinamente en la nave, para conmemorar el 37º aniversario del primer vuelo espacial, protagonizado por Yuri Gagarin. El pasado sábado la tripulación realizó su tercer paseo de los ocho previstos para este mes e inesperadamente hallaron en el fuselaje de la estación una "espuma" cuyo origen no se ha determinado.Los directivos del Centro de Control de Vuelos Espaciales hicieron ayer la vista gorda ante la fiesta a bordo. Los astronautas -los rusos Talgat Musabáyev y Nikolai Budarin y el estadounidense Adnrew Thomas- tenían derecho a comunicar por vídeo con sus familias.

"No le deis muy duro hoy, porque vuestras mujeres van a extrañarse de veros tan colorados", les dijo un técnico. "No importa", contestaron los cosmonautas, "haremos una emisión en blanco y negro". El director adjunto de la misión, Víktor Blágov, había declarado previamente a los periodistas, con una sonrisa misteriosa, que le constaba que "las reservas de alcohol a bordo ya están agotadas".

Pese a las bromas, en tierra se es consciente de que la situación de los vuelos rusos atraviesa una fuerte crisis. Si el 12 de abril es fiesta oficial, Día de los Cosmonautas, y todos en Rusia recuerdan el primer vuelo -dos horas en la nave Vostok I- de Gagarin, el panorama actual aparece penoso: el 60% de los satélites de comunicación del país y 100% de los satélites científicos han terminado su vida útil. El cosmódromo de Baikanour - que fue la mayor terminal espacial de la URSS y por el que hoy Rusia paga un alquiler a Kazajstán sólo ha recibido en 1997 el 54% de la financiación para programas civiles y el 30% para los militares.

La Mir, que ha sufrido desde el pasado junio una larga serie de problemas técnicos, puede mantenerse en órbita más allá del año 2000, para colaborar en la construcción de la plataforma Alfa, un proyecto en el que además intervienen EE UU, Canadá, Japón y la UE.

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