Cautela y esperanza en la prensa irlandesa
Los norirlandeses evitaron las celebraciones este fin de semana y optaron en cambio por la prudencia. No se apreció una repetición de las escenas jubilosas que vivieron los condados del norte tras el alto el fuego del IRA en 1994. "Demasiados nuevos amaneceres han infundido cautela en la gente", escribió ayer la periodista irlandesa Mary Holland al explicar por qué "no hubo bailes" en las calles del Ulster.
Por la prudencia optó también el diario BeIfast Telegraph al "suplicar" a sus lectores, unionistas en su mayoría, que "estudien el documento", acordado entre los políticos norirlandeses y los gobiernos de Londres y Dublín, sobre el que deberán dar su veredicto el próximo mes.
A diferencia de intentos anteriores por poner fin a la historia sangrienta de Irlanda, el nuevo acuerdo es incluyente, puesto que acoge algunas de las aspiraciones de portavoces políticos de grupos armados, como los republicanos del Sinn Fein y los lealistas de los partidos Democrático del Ulster y Progresivo Unionista.
El Telegraph lleva más allá la realidad de inclusión y engloba a toda la población en la resolución satisfactoria de más de dos años de negociaciones. El Irish Independent, de Dublín, se apunta también a esta teoría al celebrar el acuerdo con un "¡Bien hecho, Irlanda!, y esto significa todos nosotros".
Paz duradera
Junto a la cautela destaca la esperanza por emprender el "camino hacia una paz duradera", según la interpretación del Irish Echo, y por contar con la "posibilidad de una solución", según diagnosticó el pasado jueves, antes de acordarse el documento final, el semanario del Sinn Fein, An Poblacht.Pero la prueba más palpable de que Irlanda del Norte espera poner fin a décadas de violencia sectaria se descubre en la iniciativa del matrimonio Patterson, de Belfast. Esperanza es el nombre que han elegido para su niña, que nació en el histórico Viernes Santo. "Le pusimos Hope para poder decirle que se firmó la paz el día de su cumpleaños", explicó su madre al rotativo Daily Record.
The Irish Times, por su parte, recogió las palabras de su primer ministro, Bertie Ahern, cuando calificó el acuerdo como "un nuevo principio para todos nosotros". La Semana Santa tiene un peso simbólico en la historia de Irlanda, ya que durante estas jornadas, en los años 1916, 1912 o 1789, sectores de la población se alzaron en armas contra el invasor inglés sentándo el germen del actual nacionalismo.
"La Semana Santa del 98", vaticinó el principal diario dublinés, ''será quizás una fecha que resonará en la memoria colectiva de nuestros hijos y nietos. Los iconos históricos del pasado reemplazados ahora por los protagonistas de la paz que han enterrado 400 años de pelea dentro de las barracas prefabricadas de los edificios de Stormont''.
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