La izquierda no puede rechazar esta reforma del IRPF

El diputado de CiU Francesc Homs ha negociado con el Gobierno de turno las dos grandes reformas del impuesto sobre la renta de los últimos años. Primero con el Gobierno socialista y ahora con el del PP. Defiende el nuevo impuesto desde una perspectiva "social, redistributiva e incentivadora de la economía" y, por ello, cree que la izquierda no puede rechazarlo.Pregunta. ¿No cree que el Gobierno hace electoralismo con esta reforma?

Respuesta. Esta reforma, que hemos elaborado conjuntamente la secretaría de Estado de Hacienda y mi grupo parlamentario, responde al compromiso electoral de bajar la presión fiscal. Nosotros, así, lo cumplimos.

P. No es el caso del Gobierno, que prometió bajar el tipo máximo al 40%...

R. La reforma se ajusta al compromiso que tiene CiU con sus electores, que es bajar al 48% el tipo máximo y al 18% el mínimo. Nosotros ya considerábamos que éste era el esfuerzo que se podía hacer.

P. ¿No cree que CiU hace el juego al Gobierno cuando apoya una reforma que a éste le puede servir de llave para renovar la mayoría e incluso aspirar a más?

R. Los electores decidirán. Hay una gran mayoría social que estaba pidiendo una rebaja de los impuestos. Incluso el propio PSOE tenía un compromiso en esa dirección.

P. ¿La oposición de la izquierda y los sindicatos responde a un rechazo social?

R. Esta reforma tiene suficientes elementos sociales como para que PSOE e IU puedan revisar su actitud. Las rentas del trabajo y la familia están mucho mejor tratadas que en la reforma de 1991. La izquierda no puede rechazar esta reforma, porque es muy progresista y muy social. El consenso sería muy deseable.

P. ¿Es real el coste de 400.000 millones en que el Gobierno cifra la reforma?

R. Es teórico. En realidad puede ser mucho menos. Va apnermitirnos bajar las retenciones a cuenta y aumentar la renta disponible de las familias. El consumo va a crecer, lo que incidirá en la economía y en la creación de empleo.

P. Si el coste de la reforma del IRPF es mayor, ¿habría que subir el IVA?

R. No. No estamos por subir ningún impuesto. En todo caso, bajarlos si mejora la economía.

P. ¿Y el gasto social?

R. El PSOE no tiene razón cuando dice que con esta bajada de la presión fiscal individual habrá que recortar gastos sociales. No es verdad. Todo lo contrario. La clave de lo que estamos haciendo es la evolución de la economía. Si crece un 3,7% como está previsto este año, tendremos unos márgenes de aumento de recaudación y de bajada de gastos sociales en capítulos como el desempleo, suficientemente importantes como para compensar estas decisiones.

P. ¿El descenso de la recaudación por IRPF afectará a la financiación autonómica?

R. El compromiso del Gobierno es que si en el año 1999 se detecta un impacto negativo sobre las comunidades autónomas se compensaría con cargo a los tributos generales. Pero vamos a esperar, no nos precipitemos.

P. ¿CiU sería partidaria de dar alguna facilidad para que aflore el dinero negro?

R. En el contexto de la Unión Europea se tendrá que adoptar una decisión en ese campo. Seguro que la UE, con el euro, lo va a tener que prever. La decisión no puede ser unilateral.

P. ¿Es justo el reparto del ahorro fiscal que se hace?

R. CiU ha tenido mucho interés en que esta reforma tenga unos elementos sociales centrados en el tratamiento de la vivienda, de las rentas del trabajo, el ahorro para pensiones complementarias y la familia. Todo eso se ha recogido y muy bien. Se da un contenido social de reparto en favor de las rentas medias y bajas, que van a notar una rebaja en su presión fiscal.

P. ¿Es correcta, entonces, la advertencia de que no deben subir los salarios porque el Gobierno baja los impuestos?

R. A nosotros no nos corresponde decidir. Pero es importante decir que con inflaciones y tipos de interés muy bajos las rentas del trabajo no tienen en peligro su poder adquisitivo.