La de los oficios antiguos

Javier Castillo, uno de los escasísimos restauradores de relojes antiguos, de pared y torre, que hay en España, se lleva las manos a la cabeza cada vez que habla del desconocimiento tan generalizado que existe sobre su profesión. "Hay un montón de gente que no sabe lo que hay detrás de una esfera. Siempre se piensa que los relojes llevan un chip. De hecho, cada vez que se estropea el reloj de una iglesia, ¿quién lo arregla? Pues se sustituye por uno automático", se queja este artesano, que aplica a su oficio la sabiduría aprendida a lo largo de seis generaciones. El y sus tres hermanos son quizá los únicos artesanos capaces de encerrarse en el agujero de la torre de una iglesia para salvar una maquinaria que lleva siglos dando la hora.La mayoría de los artesanos representados en Euroarte, la Feria Europea del Artesanado, se encuentran en circunstancias parecidas a la de Castillo: son representantes de oficios casi desaparecidos, transmitidos de padres a hijos a lo largo de varias generaciones. "La idea era montar una feria de artesanado, no de objetos de artesanía, que puede hacer cualquiera. Hemos traído maestros artesanos representantes de 92 oficios distintos", expone Manuel Tagua, director de esta feria que nació hace dos años por iniciativa de las Federaciones de Artesanos de Castilla-La Mancha y de Castilla y León. "Buscamos que el público entre en contacto con los productores. Así los precios son baratos", añade Tagua.

A las vidrieras se dedica la empresa de Francisco Hernando, más concretamente, a su reparación. Entre sus trabajos se cuentan los del hotel Palace o los de catedrales, iglesias y edificios de toda España.

El único romanero que queda en España, Diego Ortiz, es otro de los 200 artesanos (10 de ellos extranjeros) que han plantado un puesto en la feria. Fue su bisabuelo el que fundó el taller de Quintanar de la Orden (Toledo), en el que fabrica las básculas romanas que vende a campesinos y ganaderos que abastecen mercadillos de las dos Castillas. Es el único taller que sigue fabricando estos pesos de forma tradicional: hierro maleable fundido a 900 grados.

En cambio, la familia Corrochano, dedicada a la cerámica de Talavera, no trabaja en solitario. Son los propietarios de la empresa más grande dedicada a este tipo de alfarería, pues cuenta con 44 trabajadores, que fabrican, siempre con sus manos, todo tipo de objetos de barro. También ha prosperado el negocio de Carmina Touriño, dedicada al encaje de Camariñas, el que aprendían las mujeres de la costa gallega en sesiones llamadas palilladas: bien entrada la noche se reunían en unas tertulias en las que, mientras estas mujeres fabricaban auténticas maravillas con tela e hilo, recibían la visita de los marineros que atracaban durante la noche. "Estaban hasta las dos de la noche palillando y de tertulia. De esa veladas han salido matrimonios", cuenta Touriño.

Euroarte. Pabellón de Cristal de la Casa de Campo (metro Lago). Hasta el 12 de abril. De 11.00 a 21.00. 500 pesetas.