Un equipo de ley

Es un reto fronterizo con la osadía, pero no se les puede negar ni el empeño ni su arrolladora ilusión. Nueve alumnos de quinto curso de la Universidad Carlos III, en su licenciatura de empresariales y derecho, se convertirán este mes de abril en los primeros universitarios que representan a España en el Moot ("discutible", en inglés), un certamen mundial para facultades de Derecho que goza de enorme prestigio, sobre todo entre los países anglófonos. Los nueve valientes se las tendrán que ver, en la fase clasificatoria, con los equipos de Cornell, en Nueva York (ganadores hace dos ediciones), Basilea (Suiza), Monash (Australia) y 'la Brigham Young University, también en Estados Unidos. Si superan el escollo esperan otros rivales: participan en total 64 equipos, llegados de los cinco continentes.La cita es en Viena, desde mañana y hasta el próximo día 10, pero los jóvenes preparan la competición desde principios del año bajo la atenta supervisión de su entrenadora, la profesora de Derecho Mercantil María del Pilar Perales. "Son unos muchachos muy brillantes y animosos", les piropea. Y admite: "Resulta complicado desenvolverse en un idioma que no es el materno, y más cuando se tienen que decir en inglés cosas tan poco coloquiales como 'irrevocabilidad de la oferta'. Pese a ello, les veo muy bien preparados".

El argumento de la competición es la compraventa mercantil internacional o, en otras palabras, los problemas que surgen entre "partes contratantes" de diferentes países: defectos en la mercancía, falta de pago y otras miserias humanas. El primer día del concurso, los equipos reciben el tema sobre el que han de trabajar, un caso laberíntico de hasta 25 folios de extensión. A partir de ahí, los conursantes preparan las exposiciones orales de la demanda y la contestación a ésta, ante la mirada implacable de tres árbitros, profesores universitarios de medio mundo.

Uno de los alumnos participantes, José María Hurtado, de 22 años, confiesa que defender los argumentos de dos partes enfrentadas es un ejercicio casi enloquecedor. "Tienes que estar dándole siempre la vuelta a la tortilla", exclama. "Después de defender con ardor una postura, y justo la contraria, empiezo a comprender qué es eso de ejercer como abogado del diablo ...".

Dentro de unos pocos días, Hurtado y sus ocho compañeros de grupo podrán comprobar si el diablo cuenta con buenos defensores en el derecho mercantil. Lo único que lamenta este joven es que casi nadie haya valorado su esfuerzo. "Sólo nos han ayudado con la financiación la Cámara de Comercio e Iberia, que nos regala los billetes. Es un poco triste que lo del patrocinio esté tan complicado", concluye.