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Arafat, en la casa de Ana Frank

Polémica por la visita del líder palestino al hogar de la joven judía que relató el horror del nazismo

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, visitó ayer la casa de Anna Frank en Amsterdam. El símbolo de la lucha del pueblo palestino quiso conocer uno de los símbolos de la persecución que sufrieron los judíos por los nazis en la II Guerra Mundial. Arafat llegó en barco, como cualquier turista, y como siempre, fuertemente protegido, en esta ocasión por dos barcos de la policía. El palestino, visiblemente cansado en su segundo día de visita a Holanda, recibió una ovación por parte de las cuatrocientas personas aproximadamente que se habían congregado ante la casa, transformada hoy en un museo.El diario de Anna Frank, traducido a tantos idiomas como la Biblia, relata el horror que padeció esta familia, que vivió más de dos años, entre 1942 y 1944, escondida en unas estrechas y húmedas habitaciones, del edificio, hasta que fueron delatados y deportados a campos de concentración tan sólo semanas antes de que la ciudad fuera liberada por los aliados. La protagonista del relato murió de tifus con sólo 15 años, cuando estaba a punto de acabar la guerra, en el campo de concentración de Bergen-Belsen, y fue su padre, Otto, el único superviviente de los Frank, quien publicó el estremecedor diario en 1947, un libro del que se han vendido más de 47 millones de ejemplares.

Arafat manifestó que esta visita era un "deseo personal", ya que considera que es su obligación ver con sus propios ojos cómo ha sufrido el pueblo judío. Junto al presidente palestino, acudió el alcalde de la ciudad, Schelto Patijn, y con él permaneció unos veinte minutos en el interior del histórico edificio. Fue precisamente el Ayuntamiento de Amnsterdam quien recibió la petición de Arafat de visitar la casa de Anna Frank. Al salir, el dirigente palestino, muy impresionado, afirmó: "No se puede permitir que esto suceda de nuevo, que vuelva a repetirse. Por ello trabajé con mi compañero de paz Isaac Rabin [el asesinado primer ministro israelí y con quien compartió el Premio Nobel de la Paz], para que no le ocurra algo similar a nuestros hijos ni a la próxima generación".

La presencia de Arafat en Holanda coincide con un momento dificil en la convivencia palestino-israelí. El pasado lunes, los palestinos celebraron el Día de la Tierra, y la conmemoración acabó con veinte heridos en varias localidades de Cisjordania, por los enfrentamientos con los soldados de Israel. A ello se ha añadido el fallecimiento del ex alcalde de Belén Elías Freij, uno de los ideólogos del plan de paz y de los primeros líderes palestinos que propugnaron el diálogo. Y, por si fuera poco, el mediador de Estados Unidos para Oriente Próximo, Dennis Ross, ha manifestado su pesimismo por el atasco en las negociaciones de paz.

A considerable distancia de todo esto, Arafat se refirió a la vida de Anna Frank: "Es una historia muy triste". Añadió que se esforzará por transmitir a los palestinos la experiencia vivida en un lugar tan emblemático.

Sin embargo, no todos han visto con buenos ojos este gesto. El Colegio Rabínico de Holanda ha declarado sentirse "consternado" por la presencia del líder de la ANP y ha calificado de maniobra política y campaña publicitaria este hecho. Además, le han acusado de reabrir las heridas de los supervivientes de las atrocidades nazis. No es la primera vez que Arafat se encuentra con un problema similar. A comienzos de año, Arafat intentó visitar el Museo del Holocausto en Washington, pero las airadas protestas de las organizaciones judías, que tildan a los palestinos de antisemitas, motivaron su cancelación.

Sin embargo, para el alcalde de Arnsterdam se trata de "la visita amistosa de un jefe de Estado". Precisamente en esta ciudad vivieron 140.000 judíos durante la ocupación alemana en la II Guerra Mundial, de ellos casi 107.000 fueron deportados a campos de concentración, y allí murieron unos 80.000.

La reflexión final en este asunto ha venido del rabino Abraham Cooper, del Centro Simon Wiesenthal, en Estados Unidos, quien ha declarado que "Ia importancia de esta visita la dictará el tiempo, que, dirá si sirve para cambiar la visión que tienen gentes e intelectuales palestinos del mundo árabe que negaban el holocausto y aceptan la teoría del revisionismo".

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