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El tribunal ofrece a los etarras alemanes reducir las penas si confiesan su culpa

Pilar Bonet

, El tribunal y el fiscal a cargo del primer proceso alemán contra dos supuestos colaboradores del comando Madrid de ETA iniciaron ayer la vista de la causa en la Audiencia Provincial de Wiesbaden con una oferta a la defensa de los acusados destinada a ahorrar al sistema judicial alemán el tiempo y los costes que supondría la convocatoria de testigos y presentación de pruebas que, en su gran mayoría, proceden de España.

Si se confiesan culpables, la diseñadora Heike Schubbert y el estudiante Fritz Gari Siemund, ambos de 34 años, podrán ver reducidas las penas que les amenazarán en el caso de que, efectivamente, sean hallados culpables. Los delitos que se les imputan son dos: la preparación de una detonación y la transgresión de la ley de control de armamento de guerra. En Alemania no existe el delito de colaboración con banda armada a no ser que se trate de una organización delictiva en territorio alemán.

Si ambos aceptan la oferta de tribunal y fiscal, los cinco años de pena máxima que les pueden imponer quedarán reducidos a tres para Schubbert y a uno y medio de libertad bajo fianza para Siemund. Para la comparecencia de testigos y presentación de pruebas, la audiencia de Wiesbaden depende principalmente de las autoridades españolas. Las pruebas documentales que ayer se exhibieron -fotos de armas, de documentos y de una batería de cocina- llevaban el sello de la policía española.

Mientras Schubbert parece dispuesta a aceptar la oferta, no así Siemund, que quiere demostrar su inocencia, según manifestaron ayer sus abogados, quienes se quejaron por el dispositivo policial desplegado frente a la Audiencia de Wiesbaden.

Contactos con ETA

Schubbert, con voz tenue, admitió en lo esencial, según sus propias palabras, la argumentación de la fiscalía. Dijo haber mantenido contactos con ETA guiada por sus simpatías hacia los movimientos de liberación y prometió que cuando salga de la cárcel, no volverá a tenerlos. Schubbert y Siemund habían sido los arrendatarios de por lo menos dos pisos que fueron utilizados por ETA en Madrid. En uno de ellos, en la calle de Polibea, fue detectado un arsenal después de que un detonador estallara casualmente en el interior de la vivienda en abril de 1997. Schubbert dijo haber percibido que en la vivienda "pasaba algo", ya que entraba mucha gente cargada con cajas llenas de tubos y cables, pero señaló que sólo percibió que podía tratarse de algo serio cuando le pidieron que hiciera el diseño de "una olla explosiva". En lugar de diseñar la olla, la acusada dijo haberse marchado a Alemania para distanciarse y fue entonces cuando ocurrió la explosión. Schubbert no identificó las ollas cuya fotografia, remitida por la policía española, le fue presentada ayer por el tribunal. Siemund, en la misma línea que Schubbert, reconoció sus simpatías por los movimientos de liberación.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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