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Reportaje:

Los padres españoles controlan muy poco qué programas de televisión ven sus hijos

La familia ya no contempla los mismos espacios por la proliferación de receptores

Los padres españoles se quejan a menudo de los contenidos de los programas de televisión que ven sus hijos, pero a la vez ceden habitualmente en las negociaciones con los niños y permiten que éstos vean lo que piden. Por otra parte, los niños ya suelen tener televisor individual en su habitación, con lo que acaban viendo lo que quieren. El control familiar sobre los programas se hace, por tanto, cada vez más difícil, según una encuesta incluida en el Informe España 1997, una interpretación de su realidad social, que el próximo abril presentará CECS-Fundación Encuentro.

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Una encuesta a padres de niños de entre tres y 14 años y a casi 900 niños de entre 10 y 14 años, coordinada por Luis Fernando Vilches, plantea que los padres son conscientes de que cada vez tienen más difícil controlar los programas que ven sus hijos.Según la encuesta, "son muy pocos los niños que no consiguen ver lo que quieren, independientemente de la opinión de sus padres". Muchos niños lo logran tras una negociación con sus progenitores: en casi la mitad de los hogares encuestados, se reconoce que el acuerdo en la familia es el medio habitual para elegir la programación diaria de televisión.

Pero también hay otro factor decisivo: antes las familias se reunían ante el receptor del hogar, pero ahora hay varios -n cada casa, y los niños pueden utilizar el de su propio cuarto, con lo que a menudo esa negociación queda obviada por los hechos. Un 52% de los hogares españoles, según datos de Sofres, tienen dos o más televisores. Pero, si se trata de familias con niños de edades comprendidas entre los 10 y los 14 años, ese porcentaje se eleva a un 82%. El desglose por número de receptores en la casa resulta esclarecedor: un 51 % de los hogares tiene dos, un 24% tiene tres, un 6% cuenta con cuatro y un 1% tiene más de cuatro aparatos. Y, desde luego, en los hogares con niños de 14 años hay más televisores que en los de niños de 11 años.

"Lo de la familia reunida ante una tele es cosa del Neolíco", dice Vilches. "Ahora prima el uso individual: un 31,5% de niños ve la tele en su habiación".

El 54% de los niños afirma que sus padres les prohiben determinados programas; pero los que ya tienen 14 años manifiestan que esa prohibición sólo existe para el 33%.

Las quejas que los padres formulan en público sobre los contenidos de los programas y por la violencia no tienen correspondencia con el comportamiento permisivo que mantienen con sus hijos. Los contenidos violentos se prohiben más a los más pequeños, y van siendo permitidos según crecen los hijos.

Erotismo

Sin embargo, según los niños van haciéndose mayores, chocan con más prohibiciones o dificultades para ver programas de contenido erótico, que son sobre los que los padres ejercen mayor vigilancia para que los niños no los vean: un 57,3% de prohibición frente al 13,9% en el caso de la violencia, muerte y guerra."Los padres condenan la violencia", señala Vilches, "pero no prohíben con firmeza cosas concretas: con el sexo sucede al revés. En general, los padres carecen de discernimiento, van improvisando día a día sobre lo que la tele les ofrece".

Vilches cree que puede calificarse a la sociedad española como "teleadicta", puesto que suele consumir más de dos horas diarias de televisión. En 1996, según la encuesta, los niños españoles dedicaron a ver televisión una media de 159 minutos al día, lo que equivale a 40 días al año ante el receptor. El 55% del tiempo consumido por los menores viendo televisión fue para programas de ficción. La media nacional del telespectador alcanzó en 1996 los 214 minutos y en 1997 fue de 209 minutos.

"Hemos comprobado que la demanda infantil de televisión no se ve mermada por los videojuegos: los niños perciben ambas cosas como distintas ", dice Vilches. No obstante, los niños no tienes demasiada conciencia de que haya programas diferentes para adultos y para menores, puesto que todos los miembros de las familias reciben los mismos contenidos.

"Y no lo olvidemos: niños y mayores ven los mismos anuncios", indica Vilches. "Sin embargo los padres ofrecen más resistencia en la negociación con los niños sobre la publicidad, seguramente porque les afecta al bolsillo: el caso es que en este tema se ven obligados a razonar y a educar a la contra, a decir continuamente no, que siempre es una postura que crea desagrado en el hogar".

Según datos de Central de Medios, cada español ve 59 anuncios televisivos al día, y los niños 50. Es decir, un niño ve 18.000 anuncios al año. Los niños recuerdan mejor los detalles de la publicidad que los padres. "Unos y otros son marquistas, conocen las marcas y modelos".

El personaje más conocido por los niños españoles (un 19,2%) es Emilio Aragón, seguido de Ronaldo, Isabel Gemio, el padre Apeles, Ana Obregón y Leticia Sabater. Ese elenco corrobora que tanto menores como adultos comparten los mismos programas.

Según los expertos consultados por la encuesta, en España no existe una educación televisiva, y los padres están en consecuencia indefensos ante las demandas de sus hijos.

"No podemos concluir que la tele es la culpable de la violencia", dice Vilches. "La tele es más espejo de la sociedad que inductor de comportamientos. Lo que importa no es sólo lo que el niño ve, sino cómo, cuándo, con quién. La imitación a los padres sigue siendo clave en el aprendizaje".

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