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Clinton dice en el Parlamento de Ciudad del Cabo que EE UU "necesita una Suráfrica fuerte"

Bill Clinton se convirtió ayer en el primer presidente norteamericano que visita Suráfrica, cuatro años después del fin de la política de segregación racial. Estados Unidos "quiere" y "necesita una Suráfrica fuerte", declaró ante el Parlamento en Ciudad del Cabo. Clinton y el presidente surafricano, Nelson Mandela, entraron de la mano en el hemiciclo, en un gesto de solidaridad. Ambos habían mantenido antes una breve reunión en el palacio presidencial. Pero no todo fueron satisfacciones para el visitante, que fue recibido en el aeropuerto con pancartas de protesta.

En su alocución de 17 minutos ante la Cámara baja, el presidente norteamericano manifestó que EE UU busca "una auténtica alianza" con Suráfrica, aun cuando existan divergencias en algunas cuestiones, y recalcó que esa alianza debe fundamentarse especialmente en el comercio y la inversión, en alusión a la nueva política que la Casa Blanca trata de emprender en África. "De Ciudad del Cabo a Kampala, de Dar es Salam a Senegal, la democracia se refuerza, el comercio aumenta y la paz progresa ( ... ). Es verdad que África tiene todavía necesidad del mundo, pero más que nunca es igualmente cierto que el mundo tiene necesidad de África", concluyó.Clinton, que se congratuló del fin de la política de segregación racial, no concretó ninguna promesa de ayuda a Suráfrica. Sin embargo, en una reunión con Thabo Mbeki, líder del partido Congreso Nacional Africano (ANC) y probable sucesor de Mandela en 1999, le comunicó que su Gobierno quiere incrementar en más de 100 millones de dólares (15.000 millones de pesetas) la ayuda norteamericana a los países subsaharianos, que actualmente se cifra en 700 millones de dólares.

Antes de esa reunión, Mbeki se había manifestado especialmente duro con la política de Washington para la región. África necesita tanto de la ayuda como de los intercambios comerciales, y la asistencia en muchos sectores es todavía indispensable para su desarrollo, es la respuesta del líder del ANC a la nueva filosofía de Clinton de sustituir "ayuda por comercio" en el continente negro. Según el vicepresidente surafricano, la región necesita inversiones que permitan incrementar la producción de bienes de exportación, en vez de vender sólo materias primas a los países industrializados.

Clinton mantendrá hoy con Mandela una segunda entrevista más larga antes del final de su visita a Suráfrica, cuarta etapa de la gira de 11 días que el presidente de EE UU realiza a seis países del África subsahariana.

El presidente norteamericano no tuvo que soportar sólo las críticas de Mbeki. Más agresivos fueron los carteles que proclamaban "Cuiden a sus hijas, el maniático ha llegado", "Clinton, asesino, no te queremos aquí" y "EE UU es el enemigo de los oprimidos", con que fue recibido en el aeropuerto por centenar y medio de personas. La protesta fue organizada por el grupo Musulmanes contra la Opresión Global, que culpa a Washington de la "sangre derramada" por los musulmanes muertos en Bosnia, Irak y Somalia. En Durban, capital de Zululandia, también hubo manifestaciones de protestas por grupos de ideología panafricanista.

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