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HACIA LA MONEDA ÚNICA

Las bolsas del sur de Europa se ven especialmente favorecidas por la perspectiva del euro

El pertenecer a la zona del euro ha tenido una importancia crucial para las bolsas europeas y, sobre todo, para las del sur. La inclusión de los países mediterráneos en la moneda única ha sido para los mercados una sorpresa, como se desprende del aumento de toma de posiciones en esas plazas, frente a un comportamiento más normal en el resto. Las bolsas de España, Portugal e Italia han subido en menos de tres meses más del 40%, mientras que las de Francia y Alemania han cosechado ganancias superiores al 20% y Londres, que queda por propia voluntad, al margen, cosecha una subida del 16%.

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La sorprendente convergencia de un número suficiente de países con unas magnitudes macroeconómicas ajustadas a unos criterios severos abre un amplio margen de maniobra al euro, cuya importancia en los mercados financieros mundiales aún está por definir.La evolución de las bolsas europeas en estos últimos meses ha estado muy ligada al proceso de creación y puesta en marcha de la moneda única. La enorme distancia que separaba a los países mediterráneos de los criterios de con vergencia hace tres años llevaba a pensar que muchos de ellos no podrían cumplir los objetivos al 100%. A medidas que las dura políticas de ajuste económico emprendidas iban dando resultados la ponderación de estos países en una hipotética cartera europea ha ido creciendo, en un proceso que muchos consideran una simple puesta al día de los países del sur respecto de los del norte.

Las bolsas de Milán, Lisboa y Madrid suben más del 40% en poco menos de tres meses, justo,, los que han sido definitivos para conseguir el acceso a la moneda única y que, dentro del conjunto del proceso, les ha merecido el calificativo de países emergentes. El hecho de haber aceptado sin pestañear las propuestas de endurecimiento de criterios para los próximos meses, en principio sólo dirigidos a Italia, ha servido para revaluar aún más su solvencia.

Aunque los esfuerzos realizados por las economías de estos tres países han sido enormes, hay que apuntar a una serie de factores colaterales como responsables de buena parte de los resultados. Para los analistas, la crisis asiática ha tenido bastante que ver con la entrada de dinero en los mercado, de valores del que en tiempos se llamó el cinturón del ajo europeo.

Los grandes grupos financieros han abandonado posiciones en los mercados asiáticos, donde la devaluación de las monedas se ha comido las ganancias bursátiles e incluso ha llegado a provocar pérdidas. Una buena parte de ese dinero ha encontrado una excelente oportunidad de resarcirse en los mercados emergentes europeos, muy estrechos y, por tanto, muy sensibles a la presión compradora.

Un efecto positivo de los ajustes ha estado en el descenso de los tipos de interés, más rápido y profundo de lo esperado, y que ha empujado el ahorro hacia la renta variable. La Bolsa española ha negociado en menos de tres meses cerca de nueve billones de pesetas, un tercio del total del año anterior, como consecuencia del interés comparativo que han adquirido sus títulos frente a la renta fija y a otros activos internacionales.

La pujanza del entorno del euro,en su conjunto, se mide también por la comparación con Wall Street,mercado que representa la economía líder en el actual proceso de crecimiento del mundo occidental. Un ciclo económico alcista de siete años, con una inflación controlada y creación de empleo, ha proporcionado un avance de casi el 13% a Wall Street, cifra inferior incluso a la de la Bolsa de Londres, que está pagando las consecuencias de la voluntaria separación del Reino Unido del proceso de creación del euro.

Muchas de las inversiones en las Bolsas europeas se hacen pensando en la futura fortaleza de su moneda, es decir, con la vista puesta en una revalorización a un plazo de un par de años como mínimo. Sólo la lógica diversificación que la mayoría de los países hará en sus reservas de divisas, vendiendo dólares para comprar euros, parece garantizar la solidez de la moneda europea en sus primeros pasos.

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