El presidente brasileño sanciona la 'ley Pelé', que revoluciona el futbol
La firma del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, convirtió ayer en ley el proyecto por el que ha trabajado los dos últimos años Edson Arantes do Nascimento Pelé para revolucionar las caóticas estructuras del fútbol brasileño. En el camino, la gran estrella del fútbol mundial, nombrado ministro extraordinario de Deportes para sacar adelante su ley, ha tenido que superar la oposición de la federación, presidida por Ricardo Teixeira, yerno del presidente de la FIFA, Joáo Havelange, y las presiones del organismo mundial.
"Ha sido uno de los goles más difíciles de mi vida", dijo un jubilante Pelé tras la sanción en el palacio presidencial. "El deporte brasileño está ahora equipado para el siglo XXI". Antes de la firma presidencial, la ley debió ser aprobada por el Parlamento.Entre los artículos más radicales de su ley, destacan el que obliga a los clubes a transformarse en empresas en un plazo de dos años, y el que acaba con el derecho de retención de los jugadores -obtendrán libertad de contrato el 2001-, vinculados hasta ahora, desde la adolescencia, a asociaciones gremiales, ignorando la legislación laboral. Otro artículo importante obligará a los clubes-empresas a pagar impuestos, con lo que se harán posibles las inspecciones fiscales. Actualmente los clubes son entidades públicas sin ánimo de lucro, y por ello las autoridades fiscales no tienen ningún conocimiento sobre la compra-venta de jugadores.
La ley también permite a los clubes crear sus propias ligas y desvincularse de la federación. Por esta posibilidad optarán los pequeños clubes del norte, mientras que los más poderosos, los de Sáo Paulo y Río de Janeiro, se mantendrán en la federación, que seguirá controlando, por otra, parte, la representación en la Copa Libertadores. "Pero el poder será ahora compartido entre los grandes clubes y la federación", señaló un asistente de Pelé.
Los cambios estructurales que propiciará la ley Pelé incidirán, previsiblemente, en el desarrollo económico de los clubes, que aumentarán sus fuentes de ingreso -podrán, por ejemplo, crear locales de bingo en sus sedes- ) maximizarán las posibilidades de negocio. Algunos grandes bancos, se han apresurado ya a firmar acuerdos con los mejores clubes y los analistas estiman que se multiplicarán por cinco los ingresos publicitarios del fútbol, actualmente cifrados en sólo 20 millones de dólares (unos 3.000 millones de pesetas). Ello, esperan los dirigentes frenará la gran marea migratoria de los futbolistas, que buscan grandes contratos en el extranjero. Una vez sancionada su ley, Pelé dimitirá de su cargo el 1 de mayo para dedicarse a comentar el Mundial para una televisión.
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