La conquista del oficio

Han visto a los clásicos en televisión, su fuente de inspiración son los temas de calado social y aspiran a dominar el duro oficio más que a recibir el soplo del arte. Es el retrato a brocha gorda de los directores del futuro. Desde hace poco más un lustro dejan atrás los viejos lastres de la formación autodidacta en A Coruña, Barcelona y Madrid, que son, por orden de antigüedad, las ciudades con una enseñanza pautada del cine.El director de la escuela de A Coruña, Manuel González, hace esta radiografía de los alumnos: "Su formación en cine clásico es nula. A John Ford lo ven aquí. La televisión y el cine más comercial de los noventa son sus primeros puntos de referencia. Aquí se les nota una evolución que va desde los principios formalistas del vídeo musical, pasando por la enfermedad de las tarantinadas, hasta llegar a una preocupación por temas más conflictivos y sociales".

Fernando Méndez Leite, director de la escuela de Madrid, considera que en los trabajos de los alumnos "se observa que tienen un sentido de la imagen muy formado y que contrasta con las dificultades a la hora de narrar, del empleo del espacio y del tiempo". La marginación, la realidad antes que la ficción y la casi exclusiva utilización de gente de su edad al contar historias son los elementos de sus trabajos, añade.

Para el responsable de la escuela de Barcelona, Josep Maixenchs, "lo fundamental es que acaben convencidos de que están en una industria con una clientela a la que tienen que convencer". "En los proyectos que presentan, esta preocupación les hace especificar hasta qué tipo de público podrá interesarse por lo que van a hacer. Son tremendamente críticos y saben que lo suyo, antes que cualquier otra cosa, es un oficio".