Los responsables de 16 catedrales inglesas invierten las limosnas en armamento
La expresión más concreta de la caridad religiosa -el dinero- cayó ayer bajo sospecha tras la sugerencia de que las donaciones y los fondos recolectados en 16 catedrales de Inglaterra (15 anglicanas y una católica, la de Birmingham) son invertidos después en empresas que construyen y venden carros de combate, sistemas de disparo, misiles, ametralladoras y aviones de combate.Un informe dado a conocer ayer por el diario The Independent revela que ese grupo de catedrales posee acciones por valor de 30 millones de libras esterlinas (unos 7.500 millones de pesetas) en compañías dedicadas a la industria de defensa, como British Aerospace, Vickers y Racal.
La mezquita de Londres tampoco escapa a esta estrategia inversora, pues posee títulos por valor de 53.000 libras en GEC, uno de los mayores suministradores de la Fuerza Aérea británica. Este aspecto resulta especialmente llamativo, pues parte de las armas construidas gracias a GEC fueron empleadas en la guerra de] Golfo, conflicto contra el que se alineó el mundo islámico.
El informe hecho público ha causado tal revuelo que el parlamentario laborista Paul Flynn ha anunciado una cruzada nacional contra lo que denomina comportamiento hipócrita de las autortidades religiosas. "Aquellos que contribuyen con sus donativos a la iglesia deben estar alarmados, al tener conocimiento de lo que están financiado", dijo en refe rencia a las empresas del sector de defensa.
El obispo de Moumoprth, Rowan Williams, mostró su disgusto personal en la noche del domingo al conocer el contenido del texto que iba a publicar el diario. "Me parece claro que no puede ser satisfactorio invertir el dinero en empresas cuya principal función es producir armas. No creo que la industria de defensa tenga mucho que ver con nuestra protección".
No es esa la opinión de Steve Jenkins, portavoz del Sínodo General, quien aseguró que los gastos en defensa podían ser justificados desde un punto de vista ético. "Un error que la gente comete es asumir que nosotros, como Iglesia, debemos estar opuestos a la industria de armamento. Hay una teología sobre la guerra justa. No hay nada en la Biblia que nos impida defendernos".
Rachel Hartford, coordinadora de la campaña contra el comercio de armas, discrepa de las tesis de Jenkins, al recordar que las empresas de armamento realizan sus ventas de forma "indiscriminada" buscando tan sólo el negocio. Entre sus clientes figuran regímenes represores, como el de Indonesia, o poco cuidadosos con los derechos humanos, como el de Turquía. El dinero invertido en esas compañías no hace distinción entre las causas justas y las causas injustas, dice.
La Catedral de Salisbury tiene, a través de un fondo, acciones en British Aerospace por valor de 307.000 libras. Esta empresa fabrica, entre otros, el avión de combate Hawk. Una fuente de esta catedral aseguró a The Independent que esa inversión en concreto se hallaba bajo revisión.
La catedral de Birmingham, la única católica en la lista, tiene invertidos cerca de 25 millones de libras esterlinas -cinco sextos del total de los 16 templos afectados- en dos empresas, Lucas Varoty y Rolls Royce, ambas con negocio en la industria militar.
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