La diferencia está en dimitir sólo con que se les procese
En el PP ha sorprendido que el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, comentase sobre la dimisión del consejero de la Generalitat Valenciana Luis Fernando Cartagena que Ilegaba un poco tarde". Un portavoz de la dirección nacional tachó esa declaración de "hipócrita, sobre todo cuando Cartagena no está aún ni procesado, mientras un procesado como José Barrionuevo sigue con su escaño en el Congreso".La consideración de "procesado" ante un caso de corrupción es importante para comprender cómo el PP pretende distanciarse de lo que le sucedió al PSOE. Los socialistas han ratificado en diversas ocasiones que propugnan que las responsabilidades políticas no se sustancien hasta que queden fijadas las penales en un juicio con sentencia firme. En el PP hacen causa de fe de una mayor "exigencia" moral y ética. La dirección nacional del PP proclama, por un lado, que sólo con que uno de sus cargos sea procesado -antes incluso del juicio oral- debe asumir consecuencias políticas. Y, además, que éstas pueden derivarse incluso de las conclusiones de sus propias investigaciones intenas o de las institucionales sin necesidad de que la penal encuentre responsabilidad alguna.
El PP ha descubierto ahora, por otro lado, la injusticia social con la que se abordan los asuntos de contratación de familiares en las instituciones públicas gobernadas por este partido. "Esos asuntos deberían tratarse caso a caso, porque el hecho de que uno esté en un cargo no debería condenar a los miembros de su familia a no concurrir a plazas públicas si demuestran su valía", indicó un portavoz oficial del partido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.