Botín relativiza el impacto del euro y descarta las grandes guerras bancarias
El presidente del Grupo Santander, Emilio Botín, que se ha ganado merecida fama de banquero agresivo, contempla el futuro inmediato con calma. En su discurso ante la junta de accionistas celebrada ayer en Santander, Botín relativizó el impacto del curo en el sistema financiero europeo y centró la estrategia de su grupo con un lema contundente: "Ni guerras ni fusiones". Además, explicó las cifras que han convertido a 1997 en un gran año para el banco: 110.627 millones de beneficio neto y una revalorización de sus acciones del 83%.
Botín, quien destacó la trascendencia que ha adquirido el negocio del grupo en Latinoamérica, con una aportación de 53.000 millones (47%) a la cifra de beneficios de 1997, centró su discurso, sin embargo, en las perspectivas del negocio bancario en España y en Europa. Y lo hizo para profundizar en su filosofía, ya conocida, de descartar las fusiones como medio "para crear valor para el accionista" y para avanzar otro aspecto hasta ahora inédito en Botín: "No a las guerras bancarias"."En torno al euro", manifestó Botín, "se han levantado voces que pronostican una oleada de fusiones entre las entidades financieras europeas, que afecta rían particularmente al mapa bancario español. Ante este diagnóstico mi punto de vista se puede resumir en una sola frase: Ni guerras ni fusiones".
En opinión del presidente del Santander, la implantación del euro puede "acelerar los cambios estructurales del sector bancario europeo, pero ni es el origen de los mismos, ni necesariamente impone las sanciones como única estrategia de adaptación". Más aún, "la adopción del euro no supondrá un cambio revolucionario del sistema financiero europeo", un sistema en el que se integra la banca española, a la que Botín considera entre las más "flexibles, innovadoras y competitivas de Europa".
Botín desgranó detalladamente a sus accionistas los logros del pasado ejercicio: aumento del 29,2% en los beneficios netos atribuibles (descontados minoritarios); incremento de los recursos gestionados en ocho billones (hasta 32,4 billones); un beneficio por acción en el año de 231 pesetas; 360.000 millones de pesetas destinados a saneamientos y provisiones lo que ha permitido a su vez, situar la cobertura de la morosidad en el grupo bancario en el 124,8% y una capitalización bursátil de 4,1 billones.
Reparto de dividendo
La consecuencia para el accionista es el reparto de un dividendo con cargo a 1997 de 122 pesetas por acción, un 18,1% más que, en 1996. Además del dividendo de 1997, la junta aprobó la emisión de 100 millones de nuevas acciones para ampliar el capital del banco y atender la OPA sobre Banesto con el canje de 3,2 acciones de la entidad que preside Alfredo Sáenz, por cada una del Santander. Los accionistas dieron el visto bueno a una reducción del nominal de las acciones, una vez se amplíe el capital, de 250 a 230 pesetas, y un posterior desdoblamiento (split, el segundo que llevará a cabo el banco) de ese nuevo nominal, hasta situarlo en 115 pesetas.Con vistas a ese futuro que Botín desea, "sin guerras ni fusiones", el Santander se ha marcado los siguientes objetivos: duplicar en tres años el beneficio por acción y ahorrar 125.000 millones gracias a la operación de control de Banesto. La junta tuvo un asistente inesperado: Juan Villalonga. Al presidente de Telefónica, ex bancario, le gustan las reuniones de los grandes bancos. Ayer, en Santander, estuvo en primera fila.
Su presencia no pasó inadvertida al igual que sucedió en la pasada junta del Banco Bilbao Vizcaya (BBV). Pero, a diferencia del BBV, uno de los accionistas que componen el llamado núcleo estable de Telefónica, el Santander, que se sepa, no tiene relación accionarial significativa (superior al .3%) con la compañía de telecomunicaciones.
Preguntado por su asistencia a la junta, Villalonga despachó la pregunta con "seis palabras", dijo, que al final fueron ocho, referidas al Santander y a su presidente. "Gran cliente, gran presidente, gran banco y gran amigo". Telefónica, junto con el Santander y el BCH, participan en el capital de Antena 3 Televisión. El Banco Santander, en negocío de telecomunicaciones, ha participado en proyectos alternativos a los de la compañía que preside Juan Villalonga, por ejemplo en la compañía de telefonía móvil Airtel.
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