El Ejercito turco planta cara en público al primer ministro YiImaz
Los cinco máximos comandantes de las Fuerzas Armadas se encargaron ayer de recordar a Mesut Yilmaz, el primer ministro, quién manda en Turquía. Yilmaz les había contestado el martes con cajas destempladas -"que se ocupen de sus propios asuntos", dijo cuando los generales criticaron su aparente falta de entusiasmo en la lucha contra el integrismo. "Nadie, cualquiera que sea su posición, puede hacer declaraciones dirigidas a debilitar la voluntad de la Fuerzas Armadas en la lucha contra el separatismo [kurdol y el fundamentalismo [islámico], que constituyen un peligro para la estabilidad del país", rezaba el comunicado del Estado Mayor difundido ayer por la agencia estatal Anatolia.En una nación que ha sufrido tres golpes de Estado en las últimas cuatro décadas (1960, 1971 y 1980), cualquier reacción castrense es motivo de inquietud. Así que Yilmaz -que debe en gran medida su cargo a las presiones del Estado Mayor que forzaron el pasado junio la dimisión de su predecesor, el islamista Necmettin Erbakan- conocía los riesgos que afrontaba al desairar a los militares. Y los titulares de la prensa turca se han encargado de calentar la polémica durante toda la semana.
Turquía parece encaminarse hacia unas elecciones anticipadas (la actual legislatura termina en diciembre del 2000) para sacar al país del actual torbellino político y económico. La coalición gubernamental de conservadores y socialdemócratas no cuenta con mayoría en el Parlamento de Ankara, y su programa para sanear la economía se ha estrellado contra una inflación que supera el 100%. El líder del Partido Republicano Popular (CHP, centro-izquierda), Deniz Baykal, anunció ayer la " muerte del Gobierno". El CHP no forma parte de la coalición gubemamental, pero sus votos son decisivos para garantizar la estabilidad del Ejecutivo.
Crisis artificial
Algunos analistas de Ankara sospechan que Yilmaz ha desatado una crisis artificial con el Ejército para forzar un adelanto de los comicios entre el mes de junio y el próximo otoño. El Partido de la Madre Patria, que encabeza el primer ministro, cuenta con una importante corriente islamista moderada que aspira a captar los votos que dieron el triunfo al Partido del Bienestar de Erbakan (ilegalizado en enero por el Tribunal Constitucional) en las elecciones de 1995, aunque con poco más del 20% de los sufragios.Mientras en Ankara gira el torbellino de preelectoral, las aspiraciones de Turquía a integrarse en la Unión Europea recibieron ayer en Alemania otro jarro de agua fría. Wolfgang Schaüble, portavoz parlamentario de los democristianos del canciller federal alemán, Helmut Koffi, afirmaba sin reparos: "Entiendo que Estados Unidos crea que una mayor integración de Turquía en la Unión Europea serviría para aliviar la tensión en la región [del mar Egeol, pero me da dolor de estómago pensar que tenemos digerir todo eso [a Turquía]".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.